Capítulo 11: Rompe con ese otro hombre.

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Los días siguientes habían sido demasiado raros, bueno, es que la palabra raro era poco para describirlos.

Sergio después de esa noche en el auto cambió, con Max a solas y sus amigos era demasiado lindo, dulce y podían actuar como una pareja.

Sin embargo, si estaban fuera del círculo social de Max, Checo era un completo extraño con el neerlandés.

No lo miraba, no le dirigía la palabra y mucho menos lo veía cuando estaba con Patricio o Lewis.

Y Lewis era su mayor dolor de cabeza.

El moreno paseaba con Sergio como un trofeo, Max odiaba que solo usará a Sergio para presumir o darle celos a Mick.

Lo peor era que al pecoso no le molestaba en lo absoluto, parecía que lo hacía con gustó, o peor aún para realmente hacer enojar a Mick.

Siempre que Max tocaba el tema el mexicano lo evadía o simplemente no contestaba.

Era un juego que definitivamente Max ya se había cansado de jugar, no iba a estar con ellos.

Por eso, cuando Checo llegó con Max el neerlandés lo enfrentó directamente, sin rodeos.

—¿Qué mierda pasa contigo y con Sir Hamilton?

—Nada, lo de siempre.

—Creí que eramos una pareja.

—Todo sigue igual, solo me gusta hacer enojar a Mick, es demasiado aburrido.

—Sergio ¿Te gustaría que alguien hiciera lo mismo contigo?

—Ya lo hicieron, así que sé cómo se siente, no necesito sermones Max.

Checo se levantó de dónde estaban sentados, le dió un beso a Max y se fue sonriendo.

Definitivamente Max jamás iba a entender al pecoso, era difícil, era definitivamente lo más difícil que había hecho.

Al ir caminando con Charles, Carlos y Yuki alguien llamó la atención de Max, el neerlandés se levantó y fue hasta dónde estaba aquella persona.

—Max, el famoso Max Verstappen.

—¿Qué necesitas Lewis?

—Nada, solo que ¿De verdad crees que puedes hacer cambiar a Sergio de parecer? Eso es tierno pero ambos sabemos que él no lo haría, lo conozco.

—No lo conoces como yo, nadie se toma la molestia de hacerlo porque solo piensan que es un objeto; yo lo amo, así que aléjate de él.

—Max, él no va a alejarse de mí porque esa es su naturaleza, él no puede estar en una relación; no es que hable mal de Sergio, pero seamos sinceros, es increíble en la cama y es lindo pero no tiene lo necesario ¿Crees que lo vale?

Max no dijo nada más, simplemente miró la sonrisa de Lewis, era una sonrisa burlona pero no era por Sergio.

Se notaba que le gustaba y no podía salir con el pecoso gracias a Mick.

—Sergio no es como los demás, vale absolutamente todo y si me disculpas, tengo que ir a estudiar, adiós.

Max se dió media vuelta y fue hasta dónde estaba con sus amigos, tenía un sabor amargo en la boca.

Estúpido Lewis, era demasiado arrogante y ni siquiera pensaba en Checo, en sus sentimientos, en sus sueños, en lo que lo hacía especial.

Al ir al dormitorio de Sergio más tarde se encontró con el mayor comiendo y viendo una película.

—¿De nuevo Orgullo y Prejuicio?

—No, es una obra, se llama Tristán e Isolda.

—Había leído de ellos en primer semestre pero como ese día estaba demasiado crudo solo leí las dos primeras páginas.

—Nada nuevo, más que su amor es prohibido y hacen que tengas las expectativas altas por verlos y leerlo.

—Puedo ser Tristán sin la tragedia.

—No —Sergio sonrió— Max lo hemos hablado mil veces, no trates de cambiarme de ninguna manera, no me ates de ninguna manera porque jamás me quedaría.

Fueron duras las palabras del pecoso, dolió, pero entonces Max también iba a poner orden.

—Entonces dime qué haces con Lewis.

—Es algo que tenemos, es un… juego, es para darle celos a Mick, es un ganar-ganar.

Max no entendía nada, lo único que hizo fue acercarse muchísimo a Sergio, tomarlo suavemente del mentón y mirar esos ojos cafés.

—Rompe, rompe con ese otro hombre, que no sabe quererte nunca está conforme.

Sergio sonrió y lo besó, claro que sabía que jugaba con todo, Lewis era su mayor rival ahora con Sergio.

—Eres demasiado lindo Max.

Se la pasaron hablando, de todo y nada, entonces Max habló sobre la complicada relación que tenía con su papá, lo amaba pero era demasiado… papá.

Claro que jamás estuvo preparado para la historia de Sergio, entonces entendió un poco más al pecoso y por qué era así.

—Mis padres… son un asco, mi madre no estaba capacitada para ser madre y a pesar de que soy el mayor con… mi hermano, parece que soy la peor carga de todas, siempre me han exigido ser perfecto y lo fui en su momento, al menos hasta que mi hermano creció y fue su favorito. Pero desde que estoy en la universidad les he demostrado que puedo ser yo y que jamás volverán a decirme que hacer, jamás la tenía contenta con nada pero que se vaya al carajo, está es mi vida.

Max no dijo nada, simplemente tomó la mano de Sergio y se quedaron así, sin decir nada, sin hablar.

—Eres suficiente, Sergio.

Claro que Checo miró al piso, le habría encantado escucharlo de sus padres pero eso jamás pasaría.

Primero su madre se cortaría la lengua antes de que eso pase.

—Gracias Max, también eres suficiente y… estoy orgulloso de ti.

Ambos seguían ahí, sólo con sus manos enlazadas pero sin mirarse o decir algo, sólo existían.

Y en eso existía una grandiosa paz, había tranquilidad, a Sergio le asustó pero entonces suspiró y recargó su cabeza sobre el hombro de Max.

Probablemente eran desastres en potencia, o pequeños huracanes pero lo importante es que estaban juntos.

Sólo se tenían el uno al otro.













Holaaaaa.

Bueno mi gente hermosa, después de 500 años de no actualizar aquí andamos.

Es que la escuela me está dando una madriza horrible.

En fin cosas de universidad.

Nos leemos pronto linduras, cuídense mucho y que tengan una linda noche.💕

Lady Percheval Sainz.♡

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⏰ Última actualización: May 23 ⏰

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