Capítulo 10: Dime porque no te quedas

275 40 6
                                    

Max no había visto a Sergio desde el día en que él le había dicho que no siguiera con su idea de tener algo.

El neerlandés no sabía por qué, pero debía de haber alguna manera, algo que se pudiera hacer.

Entonces por estar demasiado distraído el neerlandés chocó contra Lando.

-Disculpame Lando, yo, soy un desastre -el rubio ayudaba a Lando a recoger sus cosas.

-No te preocupes Max, te ves, raro ¿Estás bien? -dijo el británico.

-Sí, estoy bien -que mentira más grande, pero definitivamente no quería preocupar a Lando y mucho menos a...

-Hey, aquí está el pequeño leoncito -Daniel se acercó a ambos chicos y besó a Lando.

-Hola, mi amor -Lando le sonrió tiernamente a Ricciardo.

-Hola Dan -dijo Max con la voz más alegre que tenía.

Debía ocultar cualquier rastro de tristeza o Daniel empezaría a hacer preguntas y Max no sabía ni siquiera que responderle.

Los tres chicos se quedaron hablando hasta que Max se fue a su dormitorio, entonces se puso a hacer tarea como ya era su costumbre.

Entonces una tormenta se soltó en el lugar, llevaba varios días nublado y parecía que ese día debía llover a cántaros.

Pero cuando ya eran más de las 12:50 de la noche alguien tocó su puerta.

El belga abrió la puerta extrañado y vió de nuevo a esos ojos color marrón que le habían quitado el sueño por muchas noches.

Igual que el café.

-Hola Maxie, ah, ¿Cómo estás?

Bueno, a estás alturas ni siquiera él mismo podía dar una respuesta a eso.

-Yo... bien, creo.

-Sé que probablemente no quieras verme por lo que te dije pero, necesito un favor, ¿Puedes quedarte conmigo un rato? A mí... no me gustan los días de tormenta.

Max asintió y tomó a Sergio de la mano para ir hasta su dormitorio, cuando llegaron un rayo iluminó el lugar. Sergio soltó a Max para ir corriendo a su cama y esconderse debajo de las cobijas hecho bolita.

Max se sorprendió, se acercó a Sergio, estaba temblando pero lo que más le preocupó fue ver al pecoso bonito casi hiperventilar.

-¿Estás bien Sergio? -Max lo tocó con delicadeza y Sergio lo miró.

-No, no me gustan las tormentas, no me gustan los rayos, no me gusta la lluvia -Sergio de verdad trataba de hacer un esfuerzo para controlarse.

Sin decir nada más Max lo abrazó así con todas las cobijas que tenía encima, y el pecoso se hizo todavía más bolita.

Y pasó algo que definitivamente el belga no esperaba, entonces cuando el rubio acariciaba su cabello escuchó un sollozo.

Sergio estaba llorando.

Max no podía dar crédito a lo que estaba pasando, pero el corazón le dolió, le dolió mucho al escuchar estos sollozos por parte del bonito pecoso.

-No, no llores, todo va a estar bien, tranquilo, tranquilo lindura -Max le dio un beso en la frente.

Después de dos horas Sergio se había calmado y la lluvia también, el mexicano no quería ni siquiera ver al neerlandés.

-¿Cómo estás? -preguntó Max.

-He estado peor -el de ojos cafés se rió levemente.

En el momento en que Max trató de acercarse Sergio lo detuvo.

⟶Chestappen ♡ Reina de Pikas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora