UNKNOWN [Wolfstar]

| 𝟭𝟴 |

Sirius sintió su boca seca, el pánico lo invadió por completo y en ese momento se arrepentía profundamente de estar con su pijama.

Remus lo miraba atentamente con sus manos dentro de los bolsillos de su cardigan marrón oscuro, llevaba unos pantalones un poco anchos de un color similar y el cabello algo alborotado, aunque perfecto ante la vista de Sirius.

–Yo... –el pelinegro miró detrás suyo y carraspeó su garganta. –James no está, volverá en un rato.

–No vine a ver a James.

–Fleamont está trabajando, lo mismo Euphemia. –aclaró.

–Bien. –elevó sus hombros sin importancia.

–Si quieres puedo decirles que...

–Vengo a verte a ti, Sirius.

El pelinegro abrió sus ojos de forma anormal y asintió torpemente con la cabeza. Abrió y cerró varias veces la boca pero ninguna palabra salió, así que antes de continuar perdiendo dignidad se corrió a un costado para dejarlo pasar.

Ambos terminaron en la cocina, sentados en la mesada alta frente a frente. Ninguno decía nada, Sirius solo jugaba con sus anillos para calmar la ansiedad y Remus miraba por la ventana de la cocina.

–¿Quieres algo de tomar?

–No, está bien. Gracias. –sonrió cortamente.

Sirius asintió y continuó jugando con sus anillos, miró a Remus de reojo y el castaño al sentirlo se giró para verlo, pero el pelinegro rápidamente devolvió su vista a sus manos.

–Vine a hablar. –dijo luego de unos segundos en silencio.

–Bien. Yo...

–Espera. –lo frenó. –Me gustaría comenzar. –Sirius asintió. –Yo... siento si te hice creer que me molestabas o agobiabas, tal vez lo pensé estando enojado, pero no fue así. Necesitaba tiempo. –lo miró finalmente. –Me sentí traicionado.

Sirius hizo una mueca ante la última palabra y se abstuvo de hablar.

–Seguramente te preguntas por qué tardé tanto en hablar contigo. –el otro asintió. –Marlene es mi mejor amiga desde que tengo memoria, no podía crucificarla por esto, es algo que me molestó pero no podía hacerle la ley de hielo de por vida, hemos pasado por cosas así ya. –soltó una risa débil.

–¿Y James y Dorcas?

–Es diferente. –suspiró. –Quiero decir... ellos fueron como ¿el daño colateral? No lo sé. Hablé contigo primero y siempre te aclaré que no estaba preparado para que me veas en persona, ellos simplemente formaron parte. –decía sin saber cómo expresarse.

–Si sabes que no fue mi intención verte ¿verdad? Simplemente surgió.

–Lo sé, lo sé. –sonrió a medias. –A lo que me refiero es a que... me sentí un poco decepcionado, nunca me lo dijiste, ese es el problema. –elevó un poco sus hombros.

–Debí decirte la verdad. –murmuró bajito. –Es que estaba asustado.

–¿Asustado?

–Me gusta hablar contigo. –confesó. –Mi cabeza me hacía creer que si te decía la verdad no querrías volver a hablarme.

Remus asintió y miró fijamente sus manos, sacaba la pielcita que rodeaba sus uñas para calmar un poco el agobio que le generaba la conversación.

–Claro. –susurró. –Comprendo que te hayas sentido así, pero también espero que tú comprendas cómo me sentí yo. –lo miró. –No fue lindo a decir verdad.