UNKNOWN [Wolfstar]

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Sirius y James preparaban su desayuno en completo silencio, solo se oían las tazas ser llenadas de café, las cucharas y los paquetes de galletas ser abiertos.

Sirius miró de reojo a James, notando que aquél día estaba mejor vestido, para ser un domingo en la mañana estaba bastante arreglado, y pudo suponer el por qué de ello.

Inhaló profundamente y tomó su taza para dirigirse a la mesa y tomar asiento, a los pocos segundos, James estaba en el otro extremo de la mesa.

–¿En verdad te gusta?

James levantó la mirada ante la voz de Sirius.

–¿Cómo?

–Regulus. ¿En verdad te gusta?

James se quedó en silencio unos segundos, intentando descifrar si había algo diferente en su tono de voz.

–Sí.

Sirius asintió lentamente y colocó sus manos en la taza para que le dé algo de calor.

–Hablarán hoy ¿no? –preguntó. James lo miró con una ceja alzada. –No fue muy difícil descifrarlo la verdad, los domingos en la mañana estás en pijama. Bueno, el domingo en su totalidad estás en pijama.

James soltó una pequeña risa y asintió acomodando sus anteojos en el puente de su nariz.

–Sí, hablaré con él.

Sirius movió su cabeza y no dijo nada. Bebió su café en silencio, al igual que el otro chico. Al finalizar tomó su taza y la llevó al fregadero, caminó a paso lento hasta James y se colocó a su lado, el castaño elevó su mirada.

–Espero que salga todo bien. –murmuró con una pequeña sonrisa. –Si te hace daño juro que lo golpearé a más no poder, tú solo llámame y estaré allí. –cruzó sus brazos.

James rió y lo miró con diversión.

–No me sorprendería que lo golpees.

–Oh, no. Créeme, lo haré.

–Gracias. –susurró luego de unos segundos.

–Yo... lamento haber sido tan idiota, aún intento procesarlo. –miró hacia otro lado.

–Mírale el lado bueno, fue nuestra primera discusión.

Sirius rió y lo empujó con fuerza. Se sentó a su lado y lo miró con una sonrisa pícara.

–¿Seguro que no intentas estar con Regulus solo por el parecido conmigo? Digo, tal vez estás enamorado de mi e intentas recompensarlo con el hermano menor.

James fingió una arcada.

–No, gracias. –lo miró mal. –Tu hermano me parece más atractivo. –sonrió con arrogancia. –Perfecto, no solo seremos hermanos sino también cuñados.

Sirius arrugó la nariz y cruzó sus brazos.

–Me quedo con el título de hermanos, te lo agradezco.

James rió y miró a su madre que ingresaba a la cocina. La mujer sonrió al ver al par juntos.

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James miraba con nervios a Regulus, que esperaba pacientemente a que hable. Ambos se encontraban en un parque, que tenía algunas familias y grupos de amigos.

–¿De qué querías hablar, James?

James inhaló y lo miró con cautela. Relamió sus labios con nervios y comenzó a jugar torpemente con sus manos.