Precuela:Parte 1

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Nochevieja de 2018, a medianoche. Provincia de Jeju

Cho Minseok intento desesperadamente apartar la mirada del hombre más atractivo que había visto en su vida y fracasó miserablemente. Lo conocía, lo había conocido durante la mayor parte de su infancia, pero él ya no era un niño ni él tampoco. «¡Demonios! Maldita sea. Tengo que dejar de mirarlo fijamente. Miraré en otra dirección en un minuto. Lo haré. Dejaré de babear por él».

Aun así, sus ojos permanecieron fijos en Kimu Jongdae, incapaz de apartar la mirada del hombre más imponente del planeta. Xiumin intentó ser sutil dando un sorbo de champán mientras lo miraba, pero estaba casi seguro de que su deseo era bastante evidente. Tenía un aspecto cautivador cuando lucía unos pantalones rasgados y una camiseta. Con esmoquin, en una fiesta de Nochevieja, estaba tan guapo que resultaba abrumador, de infarto, de una manera muy masculina e inconscientemente seductora. No eran únicamente su bonito rostro y cuerpo musculoso lo que hacía que las personas lo mirasen fijamente; era todo el conjunto. Cada acción, cada palabra que salía de su boca rezumaba confianza, una masculinidad atrevida a la que ninguna persona parecía capaz de resistirse. Su expresión era depredadora y cauta mientras conversaba con otro hombre en la fiesta; no había señales de la sonrisa auténtica y dulce que sabía que podía mostrar. Obviamente, no estaba hablando con un conocido; con toda probabilidad, se trataba de alguien que quería algo de él, como solía ocurrir con la mayoría de las personas.

Minseok se quedó sin respiración al verlo asentir al hombre repentinamente y caminar con paso tranquilo hasta su hermano Leeteuk. Con la expresión metamorfoseada, convertido en el hombre encantador que sabía que podía ser Jongdae. Dio una palmada en la espalda a Leeteuk y le ofreció a su hermano una sonrisa auténtica; su mirada se volvió más cálida a medida que parecía bromear con él.

«Las muchas caras de Kimu Jongdae».

Xiumin suspiró y, finalmente, apartó la mirada de Dae, preguntándose cuántas personas conocían realmente al hombre bajo el exterior de multimillonario. Minseok no había visto a Chen muy a menudo durante los últimos años, pero no podía haber cambiado tanto.

Había decidido hacía mucho tiempo que adoraba a Jongdae. A la tierna edad de siete años, quería casarse con él, y sus sentimientos no habían cambiado demasiado durante los últimos diecinueve años, excepto tal vez por la parte de querer casarse con él. Oh, sí, y el deseo que apareció de la nada cuando lo vio a los dieciocho años. Ahora, a la edad de veintiséis, seguía pensando que era el hombre más arrasador y peligroso que había visto nunca.

«De acuerdo, Chen ya no mata a mis dragones por mí». Ya no detenía a los abusones que lo atormentaban en primaria porque era demasiado pelirrojo, sus pecas demasiado visibles y porque era demasiado torpe como para encajar con el grupo popular de niños del colegio. Por aquel entonces, Jongdae era más grande que la vida misma para él: su superhéroe de doce años, más mayor y sabio, que iba a rescatarlo cada vez que lo necesitaba. «¿Y una de las cosas que más adoraba de Dae? Nunca, jamás le ha contado a mis hermanos mayores ninguna de esas experiencias humillantes. Ese tipo puede guardar un secreto, definitivamente». A pesar de lo unido que estaba a sus hermanos por aquel entonces, Chen nunca divulgaba ninguna información a Kyuhyun, Leeteuk, Siwon, ni Yesung si él le pedía que no lo hiciera. Si Jongdae hubiera hecho saber a sus hermanos lo que ocurría en la escuela privada y esnob a la que lo obligaban a asistir por aquel entonces, sus hermanos se habrían involucrado y habrían terminado metiéndose en problemas. Por aquel entonces, añadir más conflictos a las vidas de sus hermanos sólo habría dado a su padre alcohólico y maltratador más motivos para provocar el caos, aunque en realidad no era como si su padre, permanentemente enfadado, necesitase ningún motivo. Aun así, Xiumin no quería hacer zozobrar un barco que ya estaba hundiéndose. La vida en el hogar de los Cho ya era bastante miserable sin añadir sus problemas de infancia al drama.

EXPOSED - CHENMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora