Dos semanas después
Jongdae observaba a Minseok sentado en la proa del yate. Sí, ahora llamaba yate al barco Xiumin. Su esposo no se merecía menos. Se veía lo bastante hermoso y feliz como para quitarle el aliento. Dudaba que nunca fuera a mirarlo y a no sentirse exactamente de la misma manera. Se había convertido en toda su vida, en una vida que lo había hecho tan feliz que casi resultaba aterrador.
Minseok había embarcado en el yate lleno de emoción y de entusiasmo, ansioso por salir al agua. Al mirarlo, se dio cuenta de que se haría tan adicto a estar en el océano como él. Ya estaba ocupado tomando fotografías de casi cualquier cosa y de todo lo que veía.
Llevaba el pelo revuelto y ondeando salvajemente al viento, lo cual hacía que pareciera indómito y tremendamente sexy.
¿Te estás divirtiendo? — Se sentó a su lado.
Esto es increíble. Gracias por traerme — respondió con entusiasmo.
Como si fuera a hacer otra cosa. No podía estar lejos de Min ni un día sin echarlo tanto de menos que dolía.
Habían pasado la mayor parte de la víspera visitando a la madre de Jongdae, que estaba exultante de que Minseok se uniera a la familia. Su madre siempre había adorado a todos los Cho, pero tenía debilidad por el pequeño Baozi que había tenido una madre que nunca lo guio realmente y un padre inútil y violento. Había dado la bienvenida a Xiumin como si fuera parte de la familia y Chen vio que estaba radiante al ser tratado como un hijo amado.
Me alegro de que te guste — le dijo sencillamente mientras le daba un beso en la frente.
Me encanta. Ya he tomado varias fotos bonitas.
Dae sonrió de oreja a oreja. Esperaba poder interesarlo en otras vistas cuando salieran al mar.
Todavía no te he enseñado los cómodos camarotes. — Minseok le sonrió con suficiencia.
¿Es eso lo único en lo que piensas?
¿Cuándo estoy contigo? Sí. Más o menos. — Jongdae no iba a negar que quería llevárselo a una cama. A cualquier cama. Lo único que tenía que hacer era mirarlo, pensar en él y se le ponía duro como una roca.
Qué estúpido había sido por pensar que podría sacarse a Xiumin de la cabeza acostándose con él. En lugar de resultar más fácil, era más difícil no tocarlo a medida que se unían más y más.
Todavía tenía negocios que concluir en Pekín, pero más tarde aquel año esperaban mudarse permanentemente a Jeju. Tal vez fueran a esquiar a Andong de vez en cuando, y él tendría que estar en Pekín a veces, pero tendrían un hogar permanente y Minseok estaría en un lugar donde disfrutara. No se quejó de Pekín ni una vez. Era la clase de persona que le veía lo bueno a todo y pasaba el tiempo explorando las vistas y haciendo tantas fotos como podía. Pero Dae sospechaba que sería mucho más feliz en Jeju y, para ser sincero, él también. Sería agradable tener a Kyuhyun y Sungmin justo al final de la calle.
¿Crees que a Kyuhyun ya se le ha pasado el enfado lo suficiente como para dejarme ver en Jeju a estas alturas? — preguntó en tono informal.
Ha superado por completo cómo empezamos. Has hablado con él. Está impaciente porque vivamos allí. — Se retiró de la cara el mechón de pelo llevado por el viento.
Para alivio de Jongdae, sus hermanos habían superado lo que había hecho. Probablemente porque hablaban a menudo con Minseok y sabían que era feliz.
Me alegro — reconoció él — Kyuhyun y yo hemos sido amigos durante mucho tiempo.
Todavía son amigos — le dijo Min con vehemencia mientras enredaba los dedos en su pelo y tiraba de su cabeza hacia abajo para un beso apasionado.
Chen gimió. Necesitaba enseñarle los camarotes pronto. Cuando sus bocas se separaron, dijo en tono persuasivo: Ven abajo.
Pero esto es muy bonito — protestó ligeramente antes de lanzarle una sonrisa pícara.
Algo será bonito abajo también.
¿No le parecerá raro a la tripulación que ya hayamos desaparecido bajo cubierta?
Trabajan para mí — respondió él con arrogancia.
Supongo que me vendría bien una siesta. Alguien me tuvo levantado hasta tarde anoche — lo amonestó en tono juguetón.
Dae lo tomó en brazos y se dirigió hacia las escaleras.
Cariño, creo que seguirás cansado.
Entonces tal vez no deberíamos — sopesó coqueto. Se abrazó a su cuello.
Deberíamos — insistió él mientras lo llevaba escaleras abajo. Era tan condenadamente precioso que no iba a permitir de ninguna manera que se echara la siesta hasta más tarde. Mucho más tarde.
Te amo — le susurró al oído.
«Joder». Se movió más deprisa y dejó que Minseok abriera la puerta cuando llegaron al camarote.
Te amo, cariño... Bueno, ¿qué te parece? — preguntó Dae con nerviosismo.
Muy bonito — respondió Xiumin con reverencia — No puedo creer que nunca hayas tenido sexo con nadie en este yate. Lo has tenido durante varios años.
No podía. Era mi esperanza, mi Baozi. No iba a pasar.
Un yate virgen de verdad, ¿eh?
Puro como la nieve, si no cuentas las veces que me masturbé con fantasías en las que estabas conmigo. — Chen tenía muchas de esas.
Hagamos que tus sueños se hagan realidad — le dijo en voz baja, seria.
Cariño, ya se han hecho realidad.
Lo besó y Xiumin procedió a dar vida a todas sus fantasías; tuvo éxito haciendo que la realidad fuera mucho mejor que la fantasía.
Jongdae había esperado toda una vida a Minseok y cada momento que pasaba con él era mejor que el anterior.
Había decidido que, a veces, realmente valía la pena esperar un milagro.
Fin~~