Tienes dos segundos para quitarle las manos de encima a mi chico antes de que te mate —gruñó Jongdae enfadado.
Minseok se apartó de un brinco del abrazo amistoso de Minho de inmediato, sorprendido al ver la expresión asesina en el rostro de Chen mientras miraba fijamente a Minho.
Estaba deambulando por el bosque. Tal vez deberías cuidar mejor de tu chico — respondió Minho con suficiencia para provocar deliberadamente a Jongdae.
Cabrón — gruñó Dae mientras intentaba rodear a Minseok para llegar a Minho.
¡Para! — chilló Xiumin — Jongdae, necesito hablar contigo. — Permaneció entre él y Minho, empujando el pecho de Chen — Minho, gracias por acompañarme, aunque habría encontrado el camino de vuelta muy fácilmente.
Creo que se está convirtiendo en costumbre llevarte a casa sano y salvo, M.X.Cho — respondió Minho en tono enigmático — Ya te he dicho que le importa algo más que el sexo —añadió en voz baja antes de dar media vuelta y volver hacia el camino que llevaba a su casa.
¿Qué diablos quería decir con eso? — preguntó Dae con estrépito. Sus ojos de zafiro lanzaban rayos de fuego a la espalda de Minho.
Nada — Min dio una evasiva mientras intentaba empujar a Jongdae para que entrase. Había tomado algunas decisiones en el camino de vuelta de casa de Minho y quería hablar con Dae, necesitaba intentar explicárselo. Si lo hacía, tal vez accediera a ayudarlo a sentirse completo una vez más. Si no lo intentaba, tendría que vivir con el remordimiento de no saber qué habría pasado si le hubiera pedido ayuda.
Y ya había sobrevivido a bastantes cosas de las que se arrepentía. Volviéndose bruscamente, Jongdae entró en la casa como un vendaval.
Minseok dejó escapar un suspiro de alivio y entró en la casa detrás de él. No estaba seguro de que Chen no fuera a seguir a Minho. Cerró la puerta tras de sí y siguió a Dae hasta el salón.
Habla — exigió él. Se hundió en un sillón reclinable de cuero con gesto tormentoso — Dime cómo terminas enrollándote con un tipo al que acabas de conocer. Dios, Minseok. ¿Qué demonios te pasa?
No estaba enrollándome con él —respondió Xiumin indignado — Estaba abrazándolo. Y no acabo de conocerlo hoy. Ya nos habíamos conocido... antes. — Dejó la cámara y la funda con cuidado sobre la mesilla de café y se sentó en el sofá frente a él, con las piernas encogidas bajo su peso.
«Puedes hacerlo. Díselo. Jongdae es el único hombre que puede ayudarte ahora mismo».
¿Cómo demonios conociste a Choi? No me dijo que te conocía. ¿Te acostabas con él entre novios y rupturas? — Chen explotó y su mirada se volvió fría — Ya no te entiendo, Minseok. En un minuto estás aterrorizado por unos juegos preliminares y a la mañana siguiente te encuentro en brazos de otro hombre.
Lo sé — Xiumin sabía que su comportamiento lo confundía. Al ponerse en su lugar, probablemente pensaba que era psicótica — Me gustaría explicártelo. Por favor.
Me gustaría que alguien lo hiciera — gruñó Dae con gesto irascible. Minseok inspiró hondo.
Conocí a Minho como Flaming. Es lo que utilizaba como nombre en clave cuando estaba en las Fuerzas Especiales. No sabía que estaba aquí ni que era uno de los Choi de Daegu. Él y su equipo de las Fuerzas Especiales me salvaron la vida hace tres años. — Vio que Chen abría la boca para hacer una pregunta, pero sostuvo la mano en alto, ansioso por contar su historia antes de desmoronarse — Deja que te cuente la historia primero.