Prólogo

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En una azotea de la ciudad de Musutafu, Japón, se estaba llevando a cabo una conversación entre dos personas de físicos opuestos.

Por un lado, estaba un hombre alto y escuálido, prácticamente en los huesos, de cabello largo y rubio con dos mechones gruesos cayendo por su frente. Los ojos del hombre eran de un azul profundo que era rodeado de una oscuridad infinita a causa de las ojeras y sombras producidas por el cuerpo pálido del hombre.

Al contrario, frente a él se encontraba un niño de estatura pequeña, también escuálido y de piel pálida, cabello verdoso que parecía haber pasado por una lucha interna en cuanto a qué estilo elegir, ojos esmeralda y pecas en sus mejillas. Lo más destacable era el hecho de que el niño de catorce años estaba temblando casi de anticipación mientras esperaba la respuesta de su héroe.

—Lo siento chico… Pero no puedes ser un héroe sin peculiaridades —All Might hablo, y todo el mundo de Izuku pareció detenerse.

—¿E-eh?

—Mejor que pruebes con otra cosa, como un bombero u oficial de policía. Son trabajos sin menos riesgo para alguien como tú —El hombre siguió hablando mientras se rascaba la mejilla con algo de incomodidad por la situación.

Izuku, por su parte, encontró otro motivo por el cual temblar junto a lágrimas amenazantes alrededor de sus ojos.

—Y-yo…

—Adiós, niño —All Might paso a un lado de tembloroso Izuku y bajo de la azotea por la puerta, el sonido de esta siendo cerrada hizo eco por toda la cabeza del niño.

No… No era posible, All Might no le había dicho eso… ¿Verdad?

Izuku cayó de rodillas mientras se apretaba el pecho con dolor y desesperanza, si alguna vez hubo alguna chispa de seguir adelante en su ser, ahora había sido extinguida.

«Deku significa inútil»

«Quirkless»

«Deku»

«Mejor tirarte de una azotea, a ver si en la siguiente vida obtienes un don»

«Deku»

«Desgaste de oxígeno»

«Deku»

«Peso muerto»

«Deku»

Por la mente del niño empezaron a pasar todas y cada una de las veces en las que Kacchan y sus amigos había sido cruel con él… ¿O quizás le estaba diciendo la verdad del mundo? En este punto, estaba pensando que Katsuki simplemente le estaba ahorrando futuras decepciones.

Y si fue así… Izuku siempre lo puso, pero se negaba a creerlo.

El joven volvió a sí mismo cuando una fuerte brisa lo golpeó directamente en la cara, sacándolo del trance. Miro a los lados mientras se secaba las lágrimas que salían ahora gota a gota, buscando algún indicio de si fue la peculiaridad de alguien o natural.

No hay que decir que la pantalla frente a él, era todo menos natural.

¡Sistema Iniciado!

— ¿Pero qué…?—El ojiverde frunció el ceño confundido ante la pantalla de color negro y bordes rodados. Por instinto trato de ver si era sólido, su dedo simplemente traspaso la ventana, provocando ondas alrededor de la zona.

¿Quizás era esto el don de alguien?, ¿Ilusiones?

Más y más preguntas inundaron al niño mientras veía la pantalla, algunas de ellas apoyaban firmemente a que esto era obra de un don, otras se iban a lugares extraños, como el timbre que sonaba constantemente en su bolsillo.

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