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Está bien, empecemos desde el inicio

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Está bien, empecemos desde el inicio.

Mi nombre es Madeline Kennedy, y de hace 6 meses, soy oficialmente.. estudiante de Brooklyn Visions.

No se esperen algo increíble, solo soy buena en física, y en la música, pero lamentablemente desde que mis padres se mudaron a Brooklyn tuve que verme obligada a cambiar mi lugar de estudios.

No es que lo odie, pero tampoco que lo ame, bueno, ser la nueva no es lindo.

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Enero 26
Pov.omnisciente

La chica se encontraba aún durmiendo en su nueva habitación, esta apenas estaba decorada con unos cuantos pósters en las paredes, su teléfono sonaba desde hace 8 minutos, pero ella prefirió hacerle caso omiso.

—¡Maddy! Se te hará tarde para el primer día—su madre gritaba desde el piso de abajo.

La chica no respondía al llamado.

—¡Maddy te estoy hablando!—Nada aún—¡No me obligues a subir!—

La chica si la escuchaba, pero se negaba a abrir los ojos, se revolvía en su lugar y se acomodaba para seguir soñando.

—¡Madeline Kennedy levántate en este momento!—

Madeline salto inmediatamente de la cama aún sin haber despertado.


—Mierda ya me grito mi nombre—susurró, mientras escuchaba unos pasos subir la escalera y el miedo empezó a subir por su cuerpo—¡No te preocupes mamá ya desperté!—

La mujer abrió la puerta lentamente con un semblante serio para luego sonreír—En 5 minutos te quiero abajo, hoy te vas sin desayunar.—

Mierda.

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Luego de la caotica mañana que su madre le habría brindado, le juró a dios que nunca más ignoraría su alarma lo que era obviamente mentira.

Entro desorientada, luego de hablarle a algunos profesores que se encontró en el camino, finalmente pudo encontrar su aula, entró temerosa miro a su alrededor para buscar algún asiento desocupado, y para su calma había uno al lado de la ventana, se acercó y se sentó, tratando de que no se notara su nerviosismo miró hacía la ventana.

No pasó mucho tiempo para que la profesora de matemáticas llegara, y inmediatamente ordenó sacar los libros para explicar y realizar algunos ejercicios, Madeline suspiró, aliviada de que no tuviera que presentarse públicamente y arriesgarse a decir o hacer algo vergonzoso.

Apenas terminó de pensar eso, la profesora se dió vuelta rápido y le apuntó—¿Tú eres Madeline verdad? Se me había olvidado que eras la chica nueva, vamos preséntate ante la clase—

Madeline tembló, acomodo sus cosas y cuando iba a empezar a hablar la profesora le interrumpió—Párate para que todos te vean—

Maldita profesora

Se levantó, acomodo su ropa y empezó a hablar—Hola a todos, mi nombre es Madeline Kennedy, y llegué hace poco a la ciudad por un traslado de lugar de trabajo de mi padre— cuando iba a sentarse la profesora interfirió nuevamente.

—¿Cuáles son tus hobbies, Madeline?—

—Se podría decir que la música, o el arte en general—

—No lo tomes a mal linda, pero quiero que sepas desde ya que el arte en este lugar no te servirá—La chica tragó un poco de saliva, incómoda con lo que la profesora hablaba—Nosotros enseñamos a las grandes mentes científicas, matemáticas, ¡Ciencias! si quieres estar aquí por el arte, te recomiendo buscar otro lugar.—

Madeline solo se sentó, callada ante el comentario de aquella profesora, y empezó a tomar los apuntes de la clase.

Luego de que los minutos pasaran ella tenía su primer receso, la chica que estaba al lado de ella no le había platicado y en vez de eso, le miro mal toda la hora, por lo cual se sentía un poco apenada, guardo sus cosas y tomo sus audífonos dispuesta a salir de la sala pero chocó con alguien.

—¡Hola! Escuché lo que dijo la profesora en clase, bueno todos lo escuchamos ¿Ya sabes a lo que voy no?—A la chica le pareció cómica la actitud del chico, por lo cual rió y asintió—Solo quiero que sepas, que no porque te guste el arte te irá mal, no le tomes miedo a las cosas que dicen aquí, es difícil pero se que puedes—

—Muchas gra—una chica llegó y les interrumpió.

—¡Hola! ¿Estoy interrumpiendo?—no espero a una respuesta para seguir—Un gusto Madeline soy Tabatha, ¿Te puedo decir Maddy?—

—Si, claro no hay proble—Tabatha la tomo del brazo y empezó a caminar.

—¡Genial! Te daré un paseo, así conocerás las instalaciones, ¡Los muffins de la cafetería son asquerosos nunca los compres!—Tabatha siguió hablando durante todo el receso, mientras que Maddy solo escuchaba.

—Disculpa, Tabatha—Interrumpió Maddy—El chico que me habló antes de ti ¿Quien era?—

—Primero, dime Tabby es más corto y segundo, el es Miles, Miles Morales—Giró su vista hacia donde el chico se encontraba—Es guapo ¿Verdad?—

—Ah, no losé—Maddy le quedó mirando.

—Bueno, a mí todos me parecen guapos—Maddy rió ante su comentario y ambas empezaron a caminar.

El día paso rápido luego de eso, Maddy se sintió feliz de que entablara amistad con una chica, aunque no paraba de hablar, Maddy la encontraba la chica más simpática que pudo conocer, durante el resto del día miraba de vez en cuando a Miles, tabby tenía razón, si era atractivo, y fue muy lindo cuando se acercó a ella, sin embargo no podía empezar a ilusionarse rápido, ya tenía 16 años casi 17, no podía caer solo por cosas pequeñas.

Tabby la acompaño a su casa por la tarde, ya que las dos vivían cerca, no paró de hablar en todo el camino, y Maddy tenía la cabeza revuelta de tanta información.

Llegó cansada, sus padres no estaban en casa así que solo llegó a recostarse y descansar la mente, prendió su parlante en la habitación, y aprovechando que no había gente en casa lo puso en máximo volumen, aunque no duró mucho porque recordó que vivía en un condominio, por lo cual esto podría molestar a sus vecinos, tomo su celular resignada a escuchar solo con audífonos cuando le llegaron notificaciones.

Instagram:¡6 personas te empezaron a seguir!

Al revisar un nombre resaltó en tres todos, era Miles.

Ella sonrió y también lo empezó a seguir, no sabía porqué pero su corazón estuvo un poco feliz al ver que el chico le había seguido.

Ella sonrió y también lo empezó a seguir, no sabía porqué pero su corazón estuvo un poco feliz al ver que el chico le había seguido

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𝘼𝙜𝙖𝙥𝙚 - 𝙈𝙞𝙡𝙚𝙨 𝙢𝙤𝙧𝙖𝙡𝙚𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora