amor guardado | agus giay

tres

VALENTINA VIAMONTE

Mar del plata, 11 de enero 2023

Estaba terminando de hacer mi bolso para volver de las vacaciones, en un principio yo iba a volver con mi familia dentro de dos semanas pero Agustín me preguntó si quería volver con él, y lo prefeí, más que nada porque quiero empezar a organizar un par de cosas, como el trabajo, mi tía me ofreció trabajo en su marca de ropa, digamos que haría todo tema administrativo. Voy a empezar dentro de una semana así que por eso también vuelvo con agus.

Al terminar de preparar mis cosas, camino hacia la habitación que está Agustín, también armando su bolso, lo iba a ayudar como prometí, ya que el es muy despistado y poco organizado en ese tema.

- ¿Como vas? - pregunto, aunque veo que no muy bien, hay cosas tiradas por toda la habitación.

- Eh, bien creo - habla un poco estresado.

- A ver, vos dame la ropa y yo la doblo y acomodo en el bolso - digo yo.

- Mañana a las cinco de la mañana salimos - me dice Agustín mientras estira su brazo con una remera.

- Sii, voy a poder ver el amanecer - hablo contenta.

- No es por eso tonta, es por el tráfico, así tipo diez o once de la mañana llegamos, almorzamos y dormimos la siesta - dice.

- A bueno tenes todo organizado - digo doblando un short. - ¿me explicas porque tenes un bóxer de la pentera rosa? - pregunto cuando lo agarro para doblarlo y meterlo en un neceser con los otros bóxer.

- Es que lo uso porque es cómodo - me dice con una sonrisa.

- Ya guarde todo, ¿tenes algo más? - pregunto yo.

- Nono, es solo eso, gracias valu - me mira sonriente.

- ¿Nos dormimos una siestita? - digo, ya que el día lo ameritaba, estaba lloviendo y hace un rato habíamos  terminado de almorzar, en casa no había nadie ya que todos se habían ido a hacer diferentes cosas, a comprar, al shopping y al cine.

- Uh re, pero vayamos a tu habitación que acá está todo tirado - dice agus parándose de la cama. Dejando todo el desorden de nacho y federico en la habitación

Apenas entramos a la habitación prendo el aire y nos metemos abajo de la sabana, el pasa un brazo por mi cabeza haciendo que yo quede un poco encima suyo y con la cabeza en su pecho, amo dormir así con el, porque es un peluchito apapuchable.

- Se está cayendo el cielo - hablo despacito al escuchar las gotas de agua chocar con la ventana.

- Si mal, lo bueno es que no hay casi nada de humedad - dice con tranquilidad, yo respondo con un simple murmuro, para después quedarme dormida.

Me despierto con todo el cuerpo arriba de agustin, ya había dejado de llover y estaba haciendo un poco de frío, me acurrucó más a su cuerpo buscando calor.

- ¿Por qué no traes la gotita y te pegas a mi? - dice con la voz ronca, mamita, me quiere matar este chico.

- Sh volvamos a dormir - lo callo para dejar mi cabeza en su cuello, el se aferra más a mi y nos volvemos a dormir.