CAPÍTULO OCHO

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Cuando uno es joven, se pone metas a largo plazo. Las cuales cuando las piensas, te das cuenta que son algo inalcanzables y sueles deprimirte o decaer. Por eso, un consejo que me dio un profesor en la universidad fue “ponte metas cortas y cúmplelas una por una”. Tiene sentido, cuando me puse a vivir la vida universitaria, me parecía agobiante por los trabajos y exposiciones que teníamos que preparar en poco tiempo. Por lo que, decidí vivir semana a semana. Hacer todo bien, semana tras semana. Pensando, “esta semana tengo que sacar buenas notas” y ya no “tengo que aprobar el ciclo”. Eso me ayudó a mejorar como estudiante y como persona. Las personas te juzgarán por los pequeños pasos que das hasta tu meta, pero solo tú sabrás lo mucho que importa. Así en los estudios, como en la vida.


Un día de julio, del año 2018.


Los días pasaron normales luego del retiro, tuve breves charlas con Maria por WhatsApp y podríamos decir que nos llevábamos bien. Las semanas pasaron y tuve que ponerme al día con los trabajos de la universidad. No era el mejor estudiante, pero tampoco era el peor. Estaba dentro de la media. Mientras, Maria se enfocaba en el colegio y sus cursos. Cada quien, por su lado, hasta que llegó el siguiente evento de la iglesia.


El domingo llegó y nos reunieron a todos los salones en uno solo para hablar del siguiente evento próximo. Como siempre, llegué temprano, me encontré con Arjan y nos pusimos a platicar de juegos y cosas en común. Luego llegó Maria con unas amigas, nos saludamos y siguió su camino. Una vez llegado todos los chicos y chicas, nos ordenaron a entrar al aula. Dentro, María se sentó cerca, pero no al lado mío. Arjan si estaba a mi lado y conversábamos de rato en rato, casi sin prestar atención a las palabras del catequista.



- Bueno chicos, dentro de un par de semanas serán las olimpiadas. Este evento no solo será en esta iglesia. También se hará entre otras iglesias del distrito.
- O sea, un evento para demostrar que iglesia es mejor (dije en mi mente).
- El evento se realizará en dos días, en el primero se harán los eventos BLA BLA BLA y en el segundo se harán los eventos BLA BLA BLA. Los que deseen participar en los eventos, díganlo y serán anotados para participar. Por otro lado, necesitaremos hacer decoraciones para el equipo y los que participen, pero sobre todo necesitamos una pancarta con el logo de la iglesia en ella. ¿Alguien podría hacerse cargo de eso?
- Yo lo haría, pero si me pagaran por eso (dije en mi mente).
- Yo sé quién puede hacerlo.
- Dime Maria, ¿quién?
- Luis es bueno dibujando, él podría hacerlo.
- Jajaja, como si alguien fuera a acepta… (pensé) ¡¿QUÉ?!
- Tu puedes hacerlo ¿no Luis?
- ¿Eh?, y-yo. “Puta madre, porque me mencionaste, ¿qué tienes en contra de mí?” (dije en mi mente, molesto y asombrado).
- Tu eres bueno dibujando, seguro te sale bien.
- Maldita sea (pensé mientras la veía con una mirada juzgadora), Esta bien lo haré.
- Bien, entonces te anotar...
- Pero, con una condición.
- ¿Cual?
- Ella tiene que ayudarme a hacerlo.
- Vale, entonces los anotaré a ambos.
- ¡¿Eh?! Y yo ¿por qué?
- Tú fuiste la que me propuso, ahora te hundes conmigo.
- Yaya, peleas de pareja no por favor.
- E-eh. (Me sonrojé y solo puse la mirada al suelo para disimular).



Luego de la reunión todos fuimos a hacer la charla como siempre. En ese punto ya se me había hecho costumbre el sentarme al lado de Arjan y conversar para pasar el rato dentro de las charlas. Maria se sentó al lado mío; con su amiga, para coordinar el cuándo nos veríamos para hacer el cartel.



- Entonces, ¿Dónde nos reuniremos para hacer el cartel?
- ¿En tu casa se puede? (Pregunté con el interés de conocer donde vivía).
- No, porque no hay espacio donde poder hacerlo.
- Mmm… entonces sería en mi casa. ¿Qué día puedes?
- Podría ser el martes, ese día tengo olimpiadas, pero yo no participo. Así que podría salir antes.
- Ah… Entonces martes a las 3 de la tarde, ¿te parece?
- Si, normal.
- Queda.

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