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- Nunca debiste ver eso, ni entrar sin mi permiso Kaminari -
- Sho... -
Antes de qué el rubio pudiera terminar de pronunciar su nombre sintió como todo se volvió negro.
Minutos antes
¿Porqué estoy haciendo todo esto?, ¿Porqué esa persona en mi cabeza toma el control de mis acciones?, ¿Podré detenerlo antes de sumergirme en este abismo dentro de mi cabeza?
El de cabello bicolor se encontraba frente a un espejo haciendo esas y más preguntas, pero eso solo pasaba en su cabeza, ya que, el no tenía el control de su cuerpo.
El que tenía el control desde varios días anteriores era Shoto, su segunda personalidad o eso era lo que se hacía creer en su mente.
Todoroki Shoto
Mi reflejo estaba mirándome con miedo, bueno Todoroki me miraba con miedo y yo solo le sonría. Después de verlo rompí el espejo para empezar a caminar hacia lo mío.
Caminando por este pasillo en el cual me llevaba a esa habitación, la única habitación donde está el, Mi Izuku.
Al abrir la puerta me di cuenta que él no noto cuando abrí la puerta, ya que, se notaba desorientado, me acerqué y sin darle tiempo para reaccionar tire de sus pies los cuales todavía sangraban.
Él pareció reaccionar y su mirada se posó en mi cuando al fin lo tuve debajo mío. Él empezó a temblar y a llorar, eso es lo que me fascina de él.
- Señor Todoroki, libéreme, n.no dire nada - mencionó mientras su cuerpo temblaba y su voz se escuchaba entrecortada.
Yo solo me agaché hasta su altura y tome sus mejillas, él al ver que me acercaba a su rostro empezó a negar con su cabeza mientras que con sus manos trató de alejarme, cosa que me molestó por lo que lo tome del cabello y tire de él.
- Mira, para empezar dime Shoto mi amor, y en segunda ...
Mi palabras de quedaron al aire cuando se escuchó un grito en la casa, es específico cerca de esta habitación.
- ¡¡SHOTOOO!! -
Grito el alguien en medio de uno de los pasillos.
- DÓNDE ESTÁS MI AMIGO COLORIDO - De nuevo el grito en mi búsqueda, pero lo dejé sin repuesta.
Eso me alertó, tome a Midoriya del cabello y lo jale cerca de mi, el solo pudo soltar un gemido de dolor y su llanto incrementó aún más.
