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El calor era horrible, estar en aquella prisión sin duda les vino de maravilla para el invierno a los hermanos Santiago.

Pero una vez que el frío se va y no puedes salir mucho, el calor es uno de tus enemigos.

La voz de Alexis se escuchaba por todo el lugar debido a la falta de sonido, los muertos estaban pegados de la reja frente a él mientras trataba de despegar la suciedad acumulada por los años a una vieja llave inglesa.

"Cómo te extraño mi amor,¿Por qué será?...

Me falta todo en la vida si no estás...

Cómo te extraño mi amor,¿Que debo hacer?...

Te extraño tanto que voy a enloquecer...

Ay amor divino, pronto tienes que volver...

A mí"

Valeria se masajeo por octava vez los laterales de su cabeza y se levantó de aquel viejo colchón de la celda.

Amarro mejor las mangas de aquel uniforme naranja que usaban los presos antes de aquella rara enfermedad que acabo con el mundo como todos lo conocían.

Todo sus botas de la silla, a un lateral de litera se encontraba un viejo abrigo que le salvó la vida en invierno. Pero ahora no era invierno y estaba cansada y hostigada de que los cabellos se pagarán en la parte trasera de su cuello.

Salió de la celda y en el piso de abajo vio a su hermano sentado en una de las mesas que no habían usado para trabar las puertas dañadas por dónde los muertos pudieran pasar, hizo un sonido con la garganta para llamar la atención de el pelinegro, ya era la tercera vez que cambiaba de canción desde que salió de la celda.

- Idiota, deja de perder el tiempo y ve a ver de dónde sacaremos comida para esta semana.- empezó a bajar las escaleras para caminar hasta el hombre.- todavía no hemos pensado en como salir sin que los muertos allá afuera nos persigan como perros a la carne.

- Oscar dijo que podría seguir pasando nos comida cada semana.- Dijo, soplando los restos de sucio de su llave.- Claro que solo pasará mientras el imbécil de su "líder sin agallas" no se entere.

- ¿Cómo fue que lo soportas te tanto tiempo? El idiota es peor que un niño cobarde, de no haber llegado hasta su lado nunca hubieran salido de ese asqueroso cuarto en el que los dejaron.

Alexis se levantó de la mesa y camino hasta la puerta que daba al exterior de la prisión. Al instante muchos de los muertos se concentraron donde él estaba.

- mañana sería un buen día para salir y tratar de despejar el patio. Tardaremos unos días, posiblemente semanas, pero podremos despejar esta parte y no tener que volver a hablar con el idiota con revolver.

- está bien. Descansaremos está noche y mañana talvez uno de nosotros pueda llegar a la torre de vigilancia y ver el perímetro desde ahí.

Heart | Daryl Dixon | TwdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora