¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Advertencia!Este cap contiene escenas fuertes, si eres sensible te recomiendo no leer.
Al llegar a casa inmediatamente comienzan a escucharse las gotas de agua golpear violentamente el techo del hogar, incluyendo a las calles y cualquier cosa cerca.
Kiba suspira y se sienta en el sofá, busca con la mirada a Tsume, su madre.. Y a Hana, ninguna se encontraba allí.
—Tío, creo que mamá y Hana no están.
—¿Mhm? Ah, no te preocupes, lo más seguro es que hayan salido, no tardarán en llegar.
—Si.. Tienes razón.. — Asintió Kiba, miró hacia la televisión y está dejaba ver un canal de noticias en el cual aveces se iba la señal por las fuertes lluvias.
—Hace frío, ¿no quie..
—De hecho, preferiría irme a dormir.. He tenido un día cansado yo.. Bueno, me hace falta. — comenta Kiba con rapidez, interrumpiendo al adulto, el mismo lo miró en silencio.. Como acostumbraba a hacerlo. — ¿No te molesta, cierto? —Le pregunta Kiba al notar su reacción, él peli marrón asiente desviando la mirada.
Vio a Kiba ponerse de pie y alejarse de allí, mientras Kiba solo se apuraba a irse.. Apenas noto que estaba fuera del alcance visual de su familiar aceleró el paso y entro a su habitación, piendole seguro a la puerta.
Su respiración era agitada, se sentía como si lo hubieran perseguido por toda la casa, pero a final de cuentas él nunca subió.
Solo lo miraba..
Kiba comenzó a odiar eso, solo una mirada, no hablaba, no mostraba algún tipo de rabia pero su mirada era de odio puro.
No sabía cómo hacía eso.
Entonces, Kiba deja salir aire, casi como si hubiera dejado caer su pesada carga, sus manos temblaban y él también lo hacía, un trueno se deja escuchar.. Arremete con fuerza, resuena por la casa, paredes, aquel estruendo fue suficiente para que las piernas del adolescente temblaran con fuerza.
Rápidamente corre y busca refugio en sus sábanas, no evita tomar a su pequeño cachorro de felpa y abrazarlo con fuerza.. Ya era mayor, no se suponía que debía utilizarlo, pero justo en ese momento simplemente olvido todo aquello.
Sudaba por el calor de las sábanas, su cuerpo estaba totalmente envuelto, en su mente atacaban imágenes que parecían relámpagos, todos los recuerdos con su tío se hicieron presentes.
Estaba seguro que su sudor y pánico venían por parte del hombre y no de aquellos truenos y sábanas.
Su madre le había enseñado algunas oraciones, decía que cuando tenía miedo orar lo haría mantener la calma.
Ella tenía razón.. Pero Kiba no estaba seguro de si orar lo salvaría de su tío.