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Él mayor llevó a Kiba a un lugar apartado, una especie de Parque, dejó al menor de pie con una expresión de duda y nerviosismo

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Él mayor llevó a Kiba a un lugar apartado, una especie de Parque, dejó al menor de pie con una expresión de duda y nerviosismo.

Kiba lo veía, Kankuro parecía estar estresado, caminaba de un lado al otro con sus manos en su cabello, su mirada enfocada en el suelo y miedo en sus ojos.

No entendía a que se debía todo esto.

De repente escucho a su tío hablar pero.. Parecía que hablaba para sí mismo, no comprendía absolutamente nada.

—No puedo.. No puedo.. No puedo.. — Repetía él con arrepentimiento, Kiba no sabía si irse de ahí o esperar a que su tío se calmase, estaba demasiado altterado. — Tú.. Es tú culpa.. Soy así por tú culpa.. —Murmuraban ahora.

Kiba no sabía que hacer, exactamente que le debía preguntar, no entendía nada.

Fue entonces cuando su tío se volteo hacia él sus ojos estaban abiertos, su mirada parecía perturbada y sus manos bajaban lentamente de su cabello, Kiba retrocedió hasta chocar con un árbol, con miedo, las palabras nuevamente de su tío resuenan por el aire.

—No crees que fui yo.. ¿Verdad?.. —Dijo él de cabello marrón, Kiba negó sin cortar el contacto visual pues sentía que si lo hacía en cualquier momento su tío podría hacerle algo. — ¡¡Respondeme!! —Grito sobresaltando a él más joven.

—N..No yo no entiendo.. —Contesta a como puede, mientras nota al hombre acercarse, su mirada no cambia, es perturbante, recordó como ese hombre tranquilo de hace no mucho se volvió agresivo, no entendió que había detonado aquello.

—Lo siento.. Yo, es su culpa.. Fue él.. Soy así por él.. Él me hizo esto.. Kiba, ¿tú me quieres, verdad? —Él mayor de repente cae de rodilla ante Kiba, sus manos temblorosas se acercan a él, a él rostro del menor mientras él menor solo se desespera estando a la duda de sí Kankuro va o no a hacerle daño.

Entonces.. Él de cabellos castaños comienza a llorar, no podía hacer más, no podría ni siquiera defenderse contra alguien como su tío.. No podía hacer otra cosa.

Lloraba mientras pedía que por favor no le hiciera nada, no sabía que había hecho pero quería tener su perdón y misericordia.. No entendía nada, las palabras de su tío eran agenas a él.

Las manos de Kankuro limpian sus lágrimas mientras el se disculpa por hacerlo llorar, Kiba entonces no sabía si había hecho bien o mal, pues Kankuro mostraba comprensión pero.. ¿Era Kiba quién comandaba a su tío o era su tío quien le manipulaba?

—¡Kiba lo siento tanto, no llores, lo siento! —Se disculpaba con desespero. — ¡Kiba no se lo digas a tu madre! Por favor.. No quiero estar lejos tuyo.. Por favor, necesito estar contigo..

Kiba asintió aunque nunca supo el porqué, asumió que para luego hablar con su madre, no iba ni quería pasar más tiempo con ese hombre en ese lugar, Kankuro, su tío, era una persona manipuladora, sinica y calculadora.. Tenía experiencia en ese área.. Inconscientemente podría tener a cualquiera a su merced.

—Está bien.. —Decía Kiba mientras limpiaba las pocas lágrimas que seguían en sus mejillas, Kankuro sonrió con ansiosidad, su sonrisa era temblorosa y eso causaba desconfianza en Kiba.

—¡Muchas gracias! ¡Eres él mejor! ¡Te quiero tanto! —Kankuro lo abrazo, algo que a Kiba le hizo sentir.. Bien.. Le hizo sentir que le había ayudado a su tío, correspondió el abrazo.

Ahora estaba todo.. ¿Bien?

—¡Oh, espera! —Su tío se separó con rapidez del abrazo. — ¿No quieres ir al muelle? Podemos.. Podemos ir.. Si tú quieres. —Comenta él alejándose un poco de su sobrino, Kiba estaba apuntó de negarse, pero sintió que Kankuro estaba haciendo su mejor intento por agradarle, aún después de lo que pasó no logró entender cómo aceptó ir..

Ahora él lo llevó a aquel lugar, un muelle solitario, un puente y un árbol, Kiba vio con algo de inseguridad ese lugar, le asustaba un poco pero su tío le dijo que iba allí siempre y por lo general no pasaba nada.

Kiba le sigue y ambos se sientan en el puente.

En silencio.

—Tío.. ¿Te.. Sientes bien ahora? —Indaga Kiba sin verle, la mirada que su tío le dirigió minutos antes se había quedado gravada amargamente en su memoria.

Su tío sonríe y ríe un poco en respuesta.

—Si.. Yo.. Lo siento.. Aveces es.. No lo sé. —Responde, Kiba no logra entender aún nada, todo paso con rapidez, ni siquiera pudo.. Tomarse el tiempo de ir a casa y tranquilizarse.. Solo lo invito allí.. — ¿Me quieres? —La duda hace a Kiba tener un escalofrío, mira a su tío lentamente y este solo le miraba con melancolía.

Lo hizo seder.. Otra vez.

¿Cómo lo hacía?

¿Estaba jugando con él?

—Te.. Quiero.. —Responde Kiba, su mirada puesta en la mirada agena, él miedo se apoderó de él, como pasaba todo eso..

—Hum. —Kankuro asintió y su mirada viajo al agua. — También te quiero, eres mi ángel y.. No quiero que por mi culpa te alejen de mi.. Eres lo más preciado que tengo.. Por favor, no le digas nada a Tsume.

—No lo haré tío, no te preocupes, comprendo que aveces bueno..

—¡Si! —Kiba se sobresalto. — ¡Es justo eso! ¿Ves? Eres el único que me entiende.. —Él castaño le sonríe, entonces lo considero.. Si su tío quizá tenía ataques de "ansiedad" él podría ayudarle.

Por desgracia, no pudo haber caído más en aquella trampa, confiar en Kankuro nunca era una opción.. Tsume confío a su pieza más preciada y ahora este sería un golpe que jamás olvidaría..

Kiba, estaba siendo vilmente manipulado..

¿Qué sucedía con él?

Se aprovechaba de su indefenso sobrino, como lo hacía con todos aquellos ciervos, tal y como Kankuro acostumbraba a darles de comer y luego acabar con sus vidas.. Y conservaba fotografías de aquellos animales en su buen estado, antes de ser desmembrados por sus manos.

Por las manos de aquel militar perturbado.

¿Por qué te fijaste en él?..

Palabras que reprochaban en su conciencia, eres un monstruo, decía su padre con asco.

Pero él había creado a ese monstruo.

Él había creado a un depredador que no tendría piedad ni de él más indefenso, Kiba no tendría como salvarse.

Fue un error creer que ese sería el final.

Ahora comenzaría la pesadilla..

Ambos se van a casa pues nubes grices anuncian unas lluvias, en el camino Kankuro dibuja una sonrisa en su rostro, su mirada cada vez más se aleja de ser normal, ahora todo lo que intento evitar saldría a la luz.. Pues era débil, era... Un humano.

Pero eso nunca sería suficiente para justificar lo que desataria su enferma mente.

CONTINUARA

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐁𝐎𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora