07 Las primeras letras

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¡¡¡ATENCIÓN!!!

Las canciones que se incluyan en el libro, son canciones ya escritas por otros artistas. Esto es solo con el fin de darle un toque a la historia con fines imaginativos y creativos.

Sin nada más que decir espero sigan disfrutando de la lectura.


Anton:

—¿Pero qué coño? —le exclamé a Günter al entrar al estudio—. Dijimos que no íbamos a decir nada de esa noche.

—Anton, cálmate—Helge puso una mano en mi hombro.

—¿Qué me calmé? —contesté con ironía—. ¿Si sabes que si ella se entera de eso todo se puede ir al carajo?

—Claro que lo sabe, solo se le salió—Helge respondió sereno, como que si esto no fuera grave.

—Si claro— asentí con la cabeza —. Pues agradezcan que es muy ingenua como para indagar, pero toda la bronca me la ha echado a mí.

—No te hecho ninguna bronca, Anton. Solo te hizo una broma— Günter fue el que habló esta vez.

Estaba a punto de ir a partirle su cara, pero Adal me detuvo.

—¡Thomas! — me habló por mi primer nombre. Como lo aborrecía, detestaba que me llamaran así.

Me gire hacía mi hermano, pero creo que estaba más molesto que yo en estos momentos.

—¿Crees que esa va a ser la forma de solucionar las cosas? ¿A golpes? —Adal era cosa seria cuando estaba enojado, no llegaba a golpes ni nada por el estilo, pero sabías que si lo enfadabas, después iba a ser difícil quitarte la bronca de encima.

Solté un suspiro intentando calmarme.

Amigo. Sabes que estas así porque te dieron justo en el ego.

—Estas molesto porque tu si puedes ir a decirle a los demás las bromas que quieras, sin importar que tan crueles sean. Pero cuando alguien más te las hace, ahí ya no te gusta— exclamó Adal señalándome, me hacía recordar mucho a mi madre cada que hacía eso.

Solo mire a otro lado incomodo. Sabía que tenía razón, pero obviamente no lo iba a admitir. No me gusto lo último que me había dicho Ayla, era tema sensible. Pero no se lo podía echar en cara, ella no sabía lo de Darla.

—¿Sabes cuál es la peor parte? — Adal me chasqueo los dedos para que reaccionara —. Que ahora ella se siente mal por eso y se ha ido a no sé dónde. Y que estas cabreado con nosotros, que claro está que no tenemos la culpa. En vez de estar enojado, agradece que no preguntó más.

—Es mejor que vayas a buscarla Anton— Helge me lanzó mi chaqueta. Sabía que técnicamente me estaban corriendo del ensayo por peleonero, no era la primera vez que lo hacían.

Ayla:

Llegué al departamento después de ir a buscar una tienda de vinilos. Quería distraerme con algo que me calmara. Compré el vinil de a-ha, específicamente el del álbum que tenía la canción de Take on me. Obviamente, tuve que comprar un tocadiscos. También pase por el supermercado para comprar ingredientes para preparar algún postre, cocinar también era algo que de cierta manera me desestresaba.

Tus compras compulsivas para no sentirte tan culpable por lo que dijiste.

Era cierto, de alguna extraña forma me sentía culpable por lo que le había dicho. Normalmente no soy así; si insulto a alguien que me hizo enfadar, no me importaba que tan cruel o no había sido. Pero la cara que puso Anton de cierta forma me hizo saber que si me había sobre pasado con lo que le dije.

Entre las cuerdas de la guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora