Spider Bite

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¡Empecemos desde el principio! El día que esa araña me picó, ese día nunca lo olvidaré ¿Como hacerlo si me cambió toda mi vida? Antes de eso yo solo era Shin Ryujin, la peor estudiante de Biotecnología que apenas va a las clases y si voy, es para dormir en esa incómoda silla. 

Se podría decir que esa arañita me salvó la vida. 

Todo empezó en un viernes. Estaba en el laboratorio de JYP Biotech, visitando a una de mis pocas amigas para así convencerla a ir a una fiesta. Chaeryeong es una científica de mi clase que es todo lo contrario a mí, ella si va a clases y es tan buena en lo que hace que aunque esté en su tercer año universitario ya tiene un trabajo estable en una reconocida empresa. Nos hicimos amigas solo porque nos sentamos juntas en el primer día y seguimos siéndolo porque...no lo sé, pero nos llevamos muy bien. 

-Esto es aburrido-murmurllé mientras giraba en su silla. 

-Me falta poco, terminó de sembrar las 4 cepas bacterianas, me lavo las manos y voy-habló lento entre sus movimientos. 

-Iré por comida-dije al levantarme. 

Salí del laboratorio solo para estirar las piernas y mirar algo más que paredes blancas, tubos de ensayos y placas petri. Llevaba puesta una de las batas de Chaeryeong solo por sentirme importante de tener el logo en mi pecho y porque no había traído la mía, una de las cosas que mi profesor me enseñó es que no se entra a un laboratorio sin delantal blanco, si se me olvidaba él me prohibía entrar. 

Mientras tarareaba levemente la canción que se escuchaba en mis audífonos, me dediqué a buscar por todo el edificio alguna máquina expendedora de comida para así comprar alguna bolsa de papas y una energética. Una tarea fácil y sin fallas ¿No?

-Mierda-susurré. 

Entre mis caminatas me encontré con el dueño del lugar, un hombre carismático que si te empieza a hablar no se calla como por mil horas después. Asustada de que me viera y me diera la charla de que debería de esforzarme más en mis estudios para poder ser parte de su equipo, abrí una puerta para esconderme. 

Le bajé el volumen a mis audífonos mientras me daba vuelta para mirar al lugar donde me encontraba. Era una habitación oscura con un par de luces rojas alumbrando lo que sería sus experimentos. Me acerqué a un frasco que tenía una araña peluda y un tanto más grande que las que encuentro en casa, pero no tanto como una tarántula. Su color era negra con líneas levemente burdeos o así se veía sobre la luz roja.

-Araneus diadematus 442-leí su etiqueta y con la uña golpee levemente el frasco para que se mueva. 

Este abrió sus ocho ojos, movió lo que parecía colmillos y corrió hacia la pared con fuerza, yo del susto me alejé y el miedo aumentó al ver que la araña había logrado botar su hogar, haciendo que se cayera y se rompiera. Miré a mis lados sin saber qué hacer, por lo que salí del lugar como si no hubiese arruinado un experimento. 

-¿Y la comida?- 

-Se me olvidó-

Me saqué el delantal al ver que Chaeryeong ya estaba lista para salir de su trabajo y ambas salimos para así ir a la fiesta que tanto deseaba ir. Fue en el departamento de la hermosísima Hwang Yeji, ella no es parte de nuestra carrera ni siquiera de nuestra universidad, es tan solo una de nuestra vecina que para evitar reclamos por sus fiestas, directamente trata de invitar a todos. 

Sus fiestas no son legendarias por su presencia, sino que lo eran por su hermano gemelo y sus amigos. Su hermano era el que tiene la necesidad de beber con gente en su propio hogar, Yeji solo lo ayudaba para que no se metiera en problemas. En ese tiempo nosotras no la conocíamos mucho, íbamos a sus fiestas, pero nunca le hablábamos, solo íbamos por el alcohol gratis. 

Como se lo estarán ya imaginando, yo fui a ese lugar con la araña entre mi ropa y mientras hacía un concurso sobre quien podía beber más shots de Soju, la araña me picó en la espalda y como yo ya llevaba más de una botella en mi sistema, no lo sentí.

 Fue en la madrugada, cuando ya me encontraba en mi cama, cuando comencé a sentir que mi cama se movía más de lo normal y no importaba cuanto me tapara para detener ese infernal frio. Dejé de pensar que era culpa del alcohol cuando mis músculos comenzaron a doler de tal forma que entre mis débiles gritos Chaeryeong corrió a tratar de ayudarme.

Nuestra primera hipótesis fue que me habían drogado, por lo que Chaer me llevó al baño a vomitar todo lo que tuviera en mi estómago. Nuestra segunda hipótesis fue que tal vez mi cuerpo estaba comenzando a no soportar las raras combinaciones de alcohol y que mis 22 años se estaban notando de la peor forma. La tercera de Chaeryeong es que estaba muriendo, pero fue descartado luego de que, en un segundo para otro, me volviera a sentir bien. 

-Me siento rara-





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