#10; resignación

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¿En qué momento sucedió? Todo el equipo de la oscuridad siendo desplazados del castillo sin más opcion que regresar a la torre del caos, Dark Enchantress estaba furiosa... ¿Cómo habían podido fallar? ¿Como pudo ella haber fallado? La reina de la oscuridad y la madad derrotada por un mocoso de tan solo 12 años y su pandilla, su ira iba en aumento cada segundo y todos temían por lo que pudiera pasar... Pensaron que les daría una orden pesada, quizá la misión de acabar con Pure Vanilla y su castillo... Pero la realidad fue muy distinta.

Solo le dijo algo a Pomegranate antes de encerrarse nuevamente en sus aposentos, aquel "algo" fue más una orden que una misión: no quería que hicieran nada, no quería hechizos, conjuros, robos o movidas que alarmaran que seguían en pie... Al parecer, tenía un plan y aquello era parte de aquello por lo que todos obedecieron a su orden; nadie levantó alertas, alguna señal de que las cookies of darkness seguían en pie. Querían e iban a tomarlos desprevenidos ¿Cuál sería su siguiente movimiento? Nadie sabía, nisiquiera la propia Pomegranate... Pero sabían, que debía ser algo en grande... O al menos eso esperaban.

A pesar de estar con la guardia baja, habían algunos de sus integrantes que salían de la torre del caos con cuidado de no ser vistos, como Red Velvet por ejemplo: salía a darle su paseo diario a Chiffon, pero el no era el único que empezaría a salir.

Ese día, Dark Choco estaba en su habitación mientras escribía en su libreta, caligrafía cursiva y perfecta en sus palabras estaban creando un precioso poema acerca del hechicero, describía y admiraba su rostro, sus manos y su voz con tanto amor, con tanta fascinación que incluso el joven príncipe tenía una sonrisa en su rostro mientras escribía teniendo al mago en su mente, su mirada, su peculiar voz y su preciosa risa, todo en aquel fracasado era precioso a los ojos del monarca exiliado y le robaba algunos suspiros, vaya que estaba completamente atrapado en las redes de Licorice.

Mientras escribía escuchó como la puerta de su habitación era tocada suavemente, cerro su cuaderno antes de guardarlo y se acercó a la puerta pero al abrirla no había nadie... O eso creyó, pues unas pequeñas manitas le jalaron suavemente la capa llamando su atención, era Poison Mushroom; Dark Choco se puso a su altura poniéndose de rodillas para verlo.

—¿Que sucede, pequeño?

—Cuando veníamos a la torre ví un... Parque...

Empezó a soltar suaves risas, tenía un poco peculiar de hablar y aquello le parecía tierno al príncipe.

—¿Me puedes acompañar?...

Había un brillo en sus ojos, un pequeño brillo de emoción que calentó el corazón de Dark Choco quien solo una suave risa.

—Está bien... Voy a quitarme la armadura para que no nos reconozcan, no tardo.

Y tal como lo dijo, se cambió la pesada armadura... Reemplazandola por una especie de camisón de kimono que le recordaban a los que solía usar en sus entrenamientos cuando era más pequeño, uno de los únicos recuerdos que se llevó de su hogar, lo acompaño con la misma capucha que uso en la última misión con el hechicero y luego salió de la habitación empezando a caminar en silencio con el pequeño Mushroom para intentar no ser descubiertos... Fue en vano.

—¿A dónde se supone que van?

Preguntó Licorice viendoles con una mirada sería pero intrigante, al notar que solo se trataba del hechicero Dark Choco suspiro y hablo en voz baja.

—Mushroom vio un parque infantil en lo que veníamos hacia aquí... Quiere ir.

—No tardaremos... Por favooor...

Miró a Licorice con unos ojos que matarían a cualquiera, incluso a la misma Dark Enchantress, el pequeño era un maestro de la manipulación sin saberlo ni quererlo y Licorice desvío la mirada antes de suspirar.

—Los acompañaré, seguro es mejor que quedarme aquí encerrado.

Una sonrisa se formó en el rostro del príncipe y el pequeño Mushroom dió ligeros saltos con emoción, los tres salieron de la torre del caos sin ser vistos y el más pequeño parecía conocer el camino al dichoso parque por lo que lo siguieron, minutos después de caminar un buen rato en el oscuro bosque el infante soltó una risa antes de apuntar con su dedo, habían llegado al dichoso parque.

El menor de todos se apresuró al parque dando pequeños saltos siendo seguido en silencio por los chicos mayores, Licorice se sentó en la hierba de dicho parque mientras que Dark Choco acompaño a Mushroom a los juegos, el solo se quedó observando.

Dark Choco empezó ayudando al pequeño Mushroom a empujarse en los columpios y había una sonrisa cálida y sincera en su rostro al escucharlo reír de tal manera, pronto, Dark Choco se encontró persiguiendo al infante entre los juegos, se escabullía entre risas y se subía a los lugares en los que solo los pequeños niños lograban entrar y el príncipe exiliado intentaba atraparlo mientras reía y por fin logró atrapar al niño cuando esté se deslizó por el tobogán, cuando tocó el suelo lo tomo el brazos antes de tirarlo al aire suavemente y volver a atraparlo, ambos soltaban risas y parecían muy contentos.

El hechicero veía aquella tierna escena y sin darse cuenta una sonrisa se formó en su rostro, su corazón se derretía al ver al desterrado monarca jugando y riendo de aquella manera con Poison Mushroom, parecía tan paternal... Tal cálido, como si no le importara el que dirán si lo ven jugando de una manera tal "infantil" con el pequeño niño, y escucharlo reír... Lo hacía sentir una extraña pero agradable sensación en el estómago, la luna llena iluminaba el parque habitado por la pareja de chicos y el menor teniendo la mejor vista de aquel adorable momento, Dark Choco casi parecía actuar como un padre para Poison Mushroom.

El tiempo que duraron jugando no era exacto, treinta minutos, quizás una hora... Pero al terminar de jugar Mushroom estaba cansado y sin energía, ya era hora de volver a la torre del caos. Dark Choco lo tomo en sus brazos para sentarlo sobre sus hombro, inmediatamente el pequeño se sostuvo pero fue cuestión de minutos para que se quedara dormido... Vaya que había jugado bastante.

Mientras caminaban de regreso a la torre del caos, Dark Choco aún tenía sus dudas así que decidió llevar sus "señales" al siguiente paso, Licorice caminaba junto a el sin decir palabras alguna y el príncipe tomo su mano con suavidad, Licorice lo miro de reojo por un segundo pareciendo que iba a insultarlo pero solo dió un suspiro antes de fijar su mirada en el camino de nuevo mientras sus mejillas se teñian de un suave tono de rojo y una ligera sonrisa apareció en el rostro de Dark Choco; el hechicero había respondido a su agarre.

Mientras estaban tomados de las manos, el príncipe decidió acariciar la cenceña mano del hechicero con su dedo pulgar recibiendo solo un suave apretón por parte de su contrario, los delgados y huesudos dedos de Licorice contrastaban demaciado con las manos de Dark Choco que parecían ser lo contrario, dedos y manos "grandes" mientras que Licorice poseía manos delicadas y calavericas, hermosas a la vista del guerrero.

No soltaron sus manos en ningún momento si no hasta que llegaron a la torre del caos, entraron en silencio y aunque Pomegranate los vio no dijo nada, no quería perturbar el sueño del infante... Parecía que solo tenía humanidad para el pequeño niño, el príncipe y el hechicero no cruzaron palabra alguna en lo que quedaba de ese día y mientras Dark Choco llevaba a Mushroom a su habitación, Licorice se encerró en la suya... Al llegar se tumbó sobre la cama y se quedó viendo por unos segundos su mano... Esa mano que hace solo unos minutos hacia estado aferrada a la del príncipe; su corazón latía con fuerza tomo una de sus almohadas empezando a olfatearla, la misma almohada en la que Dark Choco había dormido hace solo unas noches... Las sábanas aún contenían ese dulce y agradable aroma a chocolate recién hecho, el aroma del príncipe y Licorice no se cansaba de sentir aquel olor.

No pensaba admitirlo en voz alta, no pensaba escribirlo en sus diarios, mucho menos pensaba dar señales de aquello... Pero empezó a aceptar a regañadientes sus sentimientos por el monarca y el olor en aquellas sábanas eran un punto más a favor, amaba sentir su olor, amaba que sus sábanas estuvieran impregnadas de ese dulce aroma a chocolate y ahora, la sensación de la mano de Dark Choco sosteniendo la suya parecía no querer irse, aún sentía la mano del príncipe tomada a su mano con suavidad y cariño y su dedo acariciando ésta misma.

No sabía si tendría el valor para admitirlo o si algún día lo haría, pero ahora era claro y prefería aceptarlo, amaba a Dark Choco y no podía, no quería hacer nada al respecto.

Oscura promesa... ||Cookie run•Darklico||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora