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A continuación el siguiente capítulo tendrá escenas subidas de tono, por lo cuál recomiendo discreción.

Igualmente aclarar que todo es ficción.

Pov. Shinobu.

El pincel recorría mi piel, aquella pelirrosa sabía perfectamente lo que hacía, podía verla pintar mi rostro con tranquilidad y seguridad.

-Bueno...ciertamente tienes unos rasgos bastante buenos. -murmuró pintando mis labios, por el color del líquido que se encontraba en el tazón pude saber que mis labios estaban remarcados con un rojo carmín.

Mi cabello estaba hecho un desastre junto a mi estado mental, y aunque era bastante notorio por las marcas de llanto en mi rostro, la pelirrosa ignoraba totalmente el ambiente

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Mi cabello estaba hecho un desastre junto a mi estado mental, y aunque era bastante notorio por las marcas de llanto en mi rostro, la pelirrosa ignoraba totalmente el ambiente.

Aquella oji verde me levanto sin cuidado y rompió las sogas que amarraban mi cuerpo con la fuerza de sus manos.

Sostuvo el inicio de mi kimono y de un tirón lo sacó de mi cuerpo, comencé a temblar quedándome estática en mi lugar.

Ella observó mi cuerpo en silencio y suspiró, se dio la vuelta y caminó un poco hasta llegar frente a un baúl.

-Ni siquiera pienses en huir...No te saldrá nada bien. -musito sacando un kimono color rojo de aquel baúl.

Yo solamente la observaba mientras cubría o más bien, intentaba cubrir mi cuerpo con mis manos.

Reincorporo sus pasos y se detuvo frente mío, ahí duró algunos minutos poniéndome el kimono, en total silencio.

Quitó la linda pinza que amarraba mi cabello y la tiró al suelo, se colocó detrás mio y comenzó a desenredar mi cabello, podía sentir como algunas veces se detenía y acariciaba las puntas de este, tal como lo hacía Kanae al peinarme.

-¿Dónde esta mi hermana?... -Pregunte esperando no escuchar algo desagradable.

-No tengo la menor puta idea, deberías ir olvidando tu pasado. -Terminó de desenredar mi cabello y caminó hasta llegar a un pequeño tocador, de ahí saco una pipa y rápidamente la encendió. Ignorándome totalmente, daba caladas mientras sobaba su cien.

De la nada se abrió la puerta y entró el Peliblanco de antes...se llamaba Uzui, creo.

Mis ojos se abrieron como platos al verlo entrar acompañado del pelinegro de esa noche...

Mi ceño comenzó a fruncirse, sentía bastante miedo, asco, rabia, cólera, todos esos sentimientos harían que vomitara pronto.

-Sumisa y sin fruncir el ceño te ves más bonita -escupió las palabras soltando el humo en mi rostro.

-Tomioka, largo, al parecer a la pequeña le irritas bastante. -Tomioka...ese estúpido, solo asintió y salió de la habitación- Muy buen trabajo Mitsuri, no parece que la golpeamos y secuestramos hace 3 días.

Geisha ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora