💐𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐠𝐢𝐫𝐚𝐬𝐨𝐥𝐞𝐬💐

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Había tenido una pelea con Eijiro de nuevo, esta vez habían discutido por la plantada de la vez pasada, y también por las que le hacía, cada que aprovechaban para poder salir siempre o era su trabajo o su trabajo(Sí, dos veces), porque sí, lo únic...

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Había tenido una pelea con Eijiro de nuevo, esta vez habían discutido por la plantada de la vez pasada, y también por las que le hacía, cada que aprovechaban para poder salir siempre o era su trabajo o su trabajo(Sí, dos veces), porque sí, lo único que había en la cabeza de ese dientes de tiburón era su trabajo.

Sabía que la lista mental del pelirrojo era primero; Trabajo, segundo; Trabajo y tercero; Trabajo.

¿Y donde quedaba él?, seguramente era de los últimos o tal vez ni siquiera estaría ahí, eso era algo muy sabido por él.

Claro que la última pelea que tuvo con su esposo, este le levantó la mano, no lo golpeó, ni siquiera un pelo. Recuerda su cara de enojo y como se quedo estático cuando vio su mano en alto, cuando la bajo con cara de susto y como miraba su cara examinando si había una herida.

Nunca lo había visto así, ni siquiera cuando él mismo le dio una cachetada(Por ahora no se arrepiente), le hubiera dado otras por dejarle plantado, se las merecía la verdad, pero sabía que eso no lo resolvería(Pero sí le tiró agua, aun lo recuerda como si fuera ayer).

¿Dónde había quedado su dulce marido?, se lo había comido la tierra seguramente, estaba condenado a estar con él, a pesar de que no era suyo, no de la manera que quisiera.

Pero aún lo ama, aun tiene esa pequeñez de esperanza en su ser, un fe, probabilidad aun así sea lo último, después de todo la esperanza es lo último que se pierde.

[...]

Hoy era Lunes, nuevo día para él, Eijiro se había tomado la libertad de dejarle de comer, era un buen desayuno que le prepara, junto a un ramo de nueve rosas, eran de color rojo, le gustaba, parecía de color de los ojos de su amado, era más incluso.

Esta era una de las razones por las que no podía separarse del joven adulto, a pesar de eso era detallista, dejando que los vacíos de su corazón se rellenaran, animado, se sentó en la silla y degustó el desayuno americano preparado con manos llenas de amor y ternura.

Llámenlo tonto, ciego, o el típico ''Ay, amigo date cuenta'', pero también comprender el florecer del amor en su corazón, llenaba huecos de soledad, huecos que también los llenaba alguien más, una vez a la semana y todos los lunes.

Tomo un poco de jugo de naranja, sintiendo el dulce sabor recorrer su cavidad bucal. ¿Quién lo podría culpar?, sí te hicieran un desayuno especialmente para ti, con un ramo de flores tan bella, con un significado especial, y con un buen sabor el desayuno caerían en sus pies, aun más sabiendo que se hizo con amor.

💐𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬-𝐊𝐢𝐫𝐢𝐤𝐚𝐦𝐢💐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora