[💐]Eijiro y Denki eran una joven pareja de casados, mas sin embargo, el joven Kirishima al pasar tanto tiempo en su trabajo no muestra afecto a su amado, quien se siente triste, pero un día recibe veinticinco flores de un admirador anónimo, ¿Podrá...
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Hoy era Jueves 29, su cumpleaños, planeaba festejarlo con Eijiro y sus amigos. Se levantó más temprano de lo usual, después de su pelea habían arreglado las cosas y quedaron en que el cumpleaños del peli amarillo se resolvería.
Denki no recibió flores el Lunes y eso le entristeció, pero se le quitó al recordar a Eijiro, ¡Dios, que tenía esposo!, ¿Cómo puede sentirse triste porque un desconocido enamorado de él no le haya entregado flores?.
Sí su madre viera como esta, seguramente lo regañaría y le diría puta.
¡Pero no era momento de pensar en eso!, debe mantener su amor intacto por su pareja, y hablando de su marido, ahora mismo estaba en la mesa desayunando, Denki estaba feliz, hace mucho no tenía interacción con el pelirrojo.
[...]
El oji carmín estaba tomando un café mientras miraba su teléfono, bajo las escaleras con cuidado de no caer y se acercó a la cocina dándole buenos días a su esposo.
—Buenos días mi amado rojito—Fue hasta él para darle un beso en la boca pero el pelirrojo lo esquivó y se lo dio en la mejilla.
—¿Por qué te levantaste mas temprano?, no tienes que trabajar hoy—Dijo el pelirrojo sin mirarlo, se extrañó de que no le dijera ''rayito'', miró su cachete notando que aun traía una bandita por el golpe que le dio.
—Oh, lo que sucede es que hoy es un día algo especial—Respondió el oji dorado, esperanzado de que recordara su cumpleaños.
—¿Por qué es un día especial?—El de mechón le miró con una sonrisa pensando que era broma.
—Oh, vamos rojito, tú sabes que eso conmigo no funciona—Carcajeo incrédulamente—No bromees, tú sabes que día especial es—El pelirrojo lo miró con confusión.
—¿Me ves como si bromeara?—Frunció el ceño ligeramente y miró de nuevo su teléfono—¿Me vas a decir que día especial es?—Iba a decirle que dejara de jugar, pero al ver esa mirada tan confusa supo que no sabía, miró a su marido y solo se callo.
—N-No, nada...Solo es especial porque volveré a ver a Izuku, nada más—Agacho la mirada, no se permitía creer lo que escuchaba.
—Bueno, si tu lo dices—Terminó de tomarse el café, guardó el teléfono y se acercó a la puerta—Me voy, tengo una junta importante y no me la perderé—Denki lo miro y luego se acercó a la barandilla de la cocina y tomó una lonche.
