Capítulo 11: Último encuentro

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POV Freen.

El móvil vibró en mis manos. Descolgué completamente impaciente, y mientras escuchaba lo que Heng me iba relatando, empecé a correr lo más rápido que mis tacones me permitían hacia el baño de mujeres, seguida muy de cerca por Non. Cuando llegamos al lugar, la puerta se encontraba cerrada, pero ese pequeño detalle no iba a ser un impedimento para mí. Cogí mi pistola, la cual ya estaba provista de un silenciador por si tenía que ser usada, y sin que el pulso me temblara, disparé contra la cerradura. Sólo dos disparos bastaron para que la puerta, al fin, cediera.

La escena que se presentaba ante mis ojos hizo que mi corazón se estrujara un poquito en mi pecho, a causa de una fina y aguda punzada, la cual me causaba un dolor tan profundo que hasta ese momento no sabía que se podía sentir. Allí se encontraba Rebeca, con su hermoso vestido completamente rasgado; su maquillaje corrido, fruto de las lágrimas que de forma discreta resbalaban por su rostro; Bianchi a medio vestir, con la camisa abierta y los pantalones a la altura de los tobillos, besando de una forma brusca y asquerosa cada centímetro de la piel de la rubia, ajeno a nuestra presencia.

- ¡Apártate de ella maldita basura, si no quieres que te reviente la cabeza de un balazo!- al escuchar mi voz cesó en su intento de seguir besando a la mujer que mantenía arrinconada casi contra la pared. Con mi pistola, le apunté directamente a la cabeza, y Bianchi conectó sus ojos con los míos a través del espejo. Sonreía a medida que se iba separando de Rebeca. No sabía exactamente qué era lo que le causaba esa sonrisa, pero deseaba con todas mis fuerzas que no hubiese llegado demasiado tarde.

Miré con preocupación a mi jefa y, con un gesto que sólo ella era capaz de interpretar sin palabras, se alejó corriendo de Gian Pierre, sabiendo que esta vez no la retendría, y se refugió en los brazos de Non, el cual ya estaba más que preparado para recibirla. Con todo el cariño que fue capaz de albergar, el chico la cubrió con su chaqueta, mientras repartía silenciosos besos sobre su cabeza. Desde que la conozco, nunca la había visto así. Parecía una niña frágil y asustada. No quedaba atisbo alguno de aquella mujer dura y segura de sí misma que tanto se empeñaba en mostrar al mundo.

- ¿Te forzó?- incluso yo misma me sorprendí al escuchar mi voz en medio de aquel silencio sepulcral que se había instaurado en el baño de damas. Y a medida que los segundos pasaban esperando una respuesta que no llegaba, fui clavando mi arma en la espalda de Gian Pierre, obligándolo a quedarse de rodillas.

- Yo no la obligué a nada... es igual que todas... una calienta pollas. Ella quería más que yo...- intentó defenderse, hablando de forma atropellada. Tan valiente que se veía hace unos momentos y mírenlo ahora, temblando de miedo como el cobarde que realmente era.

- ¡CÁLLATE IMBÉCIL!- hice mayor fuerza en mi agarre, y me giré, para mirar a la rubia directamente a los ojos. Esos ojos que no encontré, pero que sabía perfectamente que eran capaces de responderme antes de que lo hicieran sus palabras. Necesitaba escuchar de sus propios labios que no se había equivocado al confiar en mí... que había llegado justo a tiempo para salvarla de las manos de aquel hombre.- Becky... por favor... mírame...- mis palabras sonaron demasiado suaves sin proponérmelo, y ella levantó su rostro, el cual lo había mantenido oculto en el cuello de Non. Éste último me dedicó una mirada sorpresiva. Era la primera vez que la llamaba por su apodo. Recordé cómo se molestó cuando Non lo había hecho días atrás, pero no me importó en lo más mínimo. Tenía la imperiosa necesidad de mostrarme cercana, aunque no quería detenerme a analizar ese repentino impulso. Sus ojos se apartaron de los míos, y no se dignaba a responderme.- Por favor, Bec, dímelo... porque si logró hacerte suya a la fuerza... te juro que de aquí no sale con vida.

- Tranquila... no lo hizo.- su voz apenas fue un susurro.- Llegasteis justo a tiempo de impedirlo.- y dicho esto vi cómo volvía a refugiarse en los brazos de mi compañero.

"ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora