Medidas

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AIDEN

Todos tenemos secretos en la vida, unos sin importancia y poco relevantes para el mundo y otros de los cuales no son un orgullo para recordar, por lo que los hundimos en lo más profundo de nuestra memoria. Pero esos mismos fantasmas que suelen acechar en la oscuridad por más luz que haya, están justo siempre allí para hacernos recordar el vivo infierno que se vivió y que siempre viviremos. No estoy orgulloso de lo que hice la mayor parte de mi vida, pero estoy tratando de reintegrarme a una sociedad normal, dónde pueda salir, conocer y disfrutar sin necesidad de estar escondiéndome de nadie.

O tal vez encontré ese rayito de luz y esperanza que le hacía falta a mi vida, y que me sacó de la oscuridad con tan solo una mirada. Todos en algún momento de nuestra vida merecemos esa oportunidad para cambiar de rumbo y camino, ¿no? Pues la mía fue Sara, un ángel precioso que cayó del cielo a mis brazos. Por supuesto que por nada en el mundo podría dejarla, ella lo es todo, incluso fue la razón y el motivo para enderezar lo que tan torcido se encontraba. En el momento que me presenté aten ella, fue como el hombre bueno y renovado que soy desde hace más de dos años.

Marino entró en mi oficina y encendió la pantalla de mi computadora, a su vez que dejaba una larga y profunda calada a su pipa.

—Mira lo que los vientos han traído a Milán —apreté los dientes, sintiendo esa furia que hace mucho no sentía correr por mis venas—. Lo traemos a dar una vuelta.

—No, déjalo que se familiarice con el aire de Milán por un poco más de tiempo. Aumenta la seguridad de Sara y llama a Adriel, que sea él quien se haga cargo.

—No es lo más conveniente. Adriel es demasiado impulsivo, y en el momento que se den cuenta de los lazos que tiene contigo, tendrás a todas las autoridades respirando en tu nuca. Déjame hacerme cargo de él, además de que hace mucho le traigo ganas a ese hijo de puta —propuso —. Las fotografías de Adriel han sido en su mayoría borradas, pero aun falta por conseguir las restantes y el responsable. Es claro que te quieren joder, Aiden. Tu hermano es un punto del cual te quieren agarrar.

—No lo creo. Adriel es impulsivo, pero él sabe cómo actuar. Necesito que encuentres el responsable del que tomó esta fotografía, y que además tuvo los suficientes huevos de enviársela a mi esposa unos días antes de casarnos —aflojé el nudo de mi corbata—. Golden no vino precisamente a quedarse con lo que papi le dejó. Vino a joderme por la muerte tan rápida y patética que ha tenido su mujercita. Al parecer el diente por diente no le fue suficiente.

Se me quedó viendo pensativo y con ganas de decirme lo que tanto me ha venido advirtiendo desde un principio. Lo que menos quiero es escuchar es un maldito te lo dije, cuando ya me desentendí por completo del negocio y debería estar haciendo mi maravillosa vida en las playas de una Isla con mi esposa y mi hijo, en lugar de estar pensando el siguiente paso a dar.

—¿Vas a tomar medidas, Aiden? —tragué saliva.

—Haré todo lo que esté en mis manos por mantener sanos y salvos a mi mujer y a mi hijo. No me importa tener que volver a desenterrar el maldito pasado que tanto daba por muerto y olvidado, para darles una vida llena de felicidad a ellos. Incluso si yo caigo, ellos no deben porqué pagar por mis cargas. 

Perfecto Desconocido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora