Extrañeza

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SARA

Se siente caer un peso de encima desahogar todos los miedos, las frustraciones y las tristezas con la persona correcta, pues por más en que le contara a Adriel, no era lo mismo que decirle a Aiden, pues solo nosotros sentimos y añoramos lo que con gran maldad perdimos. El deseo de lo que pudo haber sido aun está fresco en mi mente, pero compartir el dolor con Aiden hace que veamos puntos diferentes y logremos salir adelante tomados de la mano. Duramos hasta largas horas de la noche hablando y llorando por todo lo que fue y por todo lo que viene de ahora en adelante. Sus brazos y sus besos tienen la facilidad de envolverme en esa cajita de cristal donde siempre me ha tratado de guardar. Verlo tan vulnerable y saber que siente culpa me deja un sabor amargo en la boca, porque ninguno de los dos tiene culpas de lo que sucedió, pues así es el destino y no hay nada que podamos hacer ante el.

Hemos ido sanando y cerrando ese capítulo a paso lento, pero juntos. Cada día nos brindamos lo que tanto necesita el otro, ya sea con un beso, una caricia o una palabra sincera y sin mentiras. Desde ese día nuestro matrimonio se encendió aún más de lo que por sí ya se encuentra; y no me refiero en lo carnal, sino en nuestra complicidad, en nuestra confianza, en el vínculo que cerramos cuando unimos nuestras vidas. Me he dado cuenta de que Aiden sigue siendo el mismo, pero con un pasado que nos tiene sometidos en el presente; uno el cual no veo el momento para acabar de raíz. Adriel sigue trabajando en dar con el escondite de Golden y el tal Caruso, mientras sigo teniendo mi entrenamiento diario. Por otro lado, el doctor le ha quitado las vendas del brazo Aiden, pues ya se ha recuperado del todo de sus heridas. Nuestro enfoque es uno solo; cobrar factura.

Entré a la cocina, encontrándome con Aiden y Adriel en ella. Mientras uno estaba de espaldas a mí sentado en el comedor, el otro tenía la cabeza enterrada en la computadora frente a él. Ellos son tan iguales, pero tan distintos.

—¿Qué tanto haces, mi amor? — llegué por atrás, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello y fijando mi vista en la cámara entre sus manos.

—Estaba borrando algunas fotografías — murmuró, girando su rostro hacia mí—. ¿Te molesta?

—No, para nada — besé sus labios y un fuerte resoplido nos hizo reír.

—O se van o me voy, pero sus muestras de cariño son demasiado para mí — gruñó.

—Consigue a quien darle cariño, Adriel, a ver si así se te baja el mal humor — bromeó Aiden.

—No necesito perder la cabeza por alguien, estoy muy bien así como me encuentro —se levantó de la silla.

—No puedes escapar de las garras del amor toda tu vida. Algún día, quizás no muy lejano, encontrarás esa mujer que te haga ser el doble de estúpido de lo que soy yo — Aiden giró su cuerpo, capturando mi cintura con sus brazos y obligándome a sentar en su regazo—. Te pierdes de lo bueno, hermano.

Adriel soltó una risa muy contagiosa y apática.

—Los veré más tarde, antes de que tanta miel se me pegue en el cuero — hizo una cara de asco antes de salir de la cocina.

—No seas tan malo con él, mi amor. Aunque también pienso que debería conocer a alguien.

—Ya le llegará su tiempo de caer — me sometió con su mano en mi nuca a recibir su ardiente beso—. Necesito comer ahora mismo. Muero de hambre.

—¿Qué cosas dices? — reí nerviosa—. Alguien puede entrar y vernos.

Mi cuerpo se calentó en una fracción de segundo, pues no voy a negar lo mucho que lo he extrañado. Han pasado muchísimos meses en los que no hemos estado juntos, por lo que casa beso o cada roce nos pone sensibles y a mil. Debido a sus heridas, nuestra intimidad ha sido totalmente nula.

—Nadie vendrá —se levantó conmigo en sus brazos, me dejó sobre la mesa y se coló entre el medio de mis piernas sin darme tiempo a nada—. Hace mucho no te saboreo como tanto nos gusta. Mi reina, no tienes idea de lo mucho que te he extrañado durante todos estos meses — dejó una estela de besos por mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja y morder suavemente, provocando una corriente fría y calurosa por todo mi cuerpo—. Recuéstate que ahora mismo comeré directamente de ti.

Perfecto Desconocido[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora