1. Diario.

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Pov _____________:

—Él está loco por ti —susurró Evie con una sonrisa socarrona.

Vi de reojo como Adrien Agreste me miraba fijamente, Nino, Alya y Marinette lo acompañaban aunque la azabache llevaba una expresión de tristeza ceñida en su semblante.

—Cállate —gruñí—, somos muy diferentes —finalmente me gire y vi el instituto—. Ahora debo centrarme en no caer en las insinuaciones de Davidson —di un paso al frente y ella río.

—Ese chico esta loco —empezamos a caminar.

Cuando estábamos por subir las escaleras el grupo de amigos nos impidió el paso a unos escalones.

—H-hola —tartamudeo el rubio, aclaró su garganta con un rubor en sus mejillas.

—Lo que mi amigo trata de decir es que...

Adrien camino a mi pero tropezó con un escalón y cayó frente a mi.

Evie reprimió una carcajada, mire con una ceja alzada al rubio quién seguía en el suelo, masajeando su cabeza debido al golpe.

—Adrien —susurró entredientes Nino—, levantate.

Me compadecí del rubio, flexione mis rodillas, recargue mi mano izquierda sobre mi rodilla izquierda y la otra la extendí a él.

—¿Estás bien? —pregunte con tono suave.

Abrió sus ojos sorprendido y me miro embobado, como si fuese la única persona a su alrededor. Podía asegurar que veía corazoncitos alrededor de mi, su mirada lo delataba.

—Adrien —lo llame pero seguía embobado, tomo mi mano con suma lentitud.

—S-sí...y-yo —el timbre sonó.

Cuando se levantó solté su mano, se limpió la ropa y volvió a recobrar una postura firme.

—Debemos irnos —lo interrumpió Evie—, nos vemos.

Tomo mi mano y salimos corriendo.

—Ahí va Davidson —susurró Evie mirando al pelinegro.

Caminaba despreocupado, platicando con sus amigos, ignorando lo que sucedía a su alrededor —a excepción de sus amigos, claro—. Drew Davidson era el chico más misterioso, atractivo y antisocial del instituto.

Era un nerd, pero a su vez destacaba, era complicado pero me gusta. Nunca nadie me había gustado como él.

Desde que llegue a Francia y lo conocí, me pareció sensacional.

Hemos tenido un par de conversaciones que nos han llevado a un minucioso juego, juego que involucra sentimientos. Sí, coqueteos indiscretos.

—Vamos amiga —lo perdí de vista cuando entraron al aula—, te quedaste anonada...otra vez —susurró fastidiada.

Trague saliva.

—L-lo siento —sacudí mi cabeza de un lado a otro—, puede hechizarme sólo con su presencia.

Un puchero se dibujo en mis labios. Sus ojos ámbar eran lo más hermoso que podía admirar. Evie soltó una risa y negó.

—Andando.

Tomo mi brazo y entramos al aula.

—Petrell —alce la mirada cuando me llamaron—, compartirás asiento con Agreste. Dupain-Cheng —la Señorita Mendeleiev miro su lista—, con Davidson —apreté mi bolígrafo en mi mano—, Bourgeois, compartirás con Garce.

Comencé a guardar mis cosas, el cambio de asientos era sorpresivo, no tanto como la unión del grupo de Adrien con el mío.

Llevábamos apenas un mes con este cambio y ahora hacen otro cambio más. ¿genial, no?

The diary of Adrien Agreste 《A.A y tú》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora