8. Fracaso.

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Pov ____________:

Lleve mis manos a mi cabeza, no podía siquiera pensar con claridad.

Broken Queen —susurró con tono suave—, no deberías rehusarte —suspiro frustrado.

—L-lo haré si es necesario —respondí con dificultad.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo entero.

Bueno, admito que mi akuma está aferrado a ti, por una extraña razón posees una energía muy poderosa —pausó mientras yo seguía aferrándome a las cosas buenas—. Será tu guardián.

La conexión acabo, derrotada caí al suelo con la respiración agitada, como si hubiese hecho ejercicio durante una hora.

No vi ninguna mariposa blanca salir volando, mire el amuleto en mi muñeca, seguía intacto pero tenía ligeros tonos oscuros y púrpuras. Trate de quitarmelo pero una fina capa morada lo cubrió.

—Tiene que ser una broma —gruñí exasperada.

Pero me relaje, no podía alterarme ya que el akuma incrementaría mis emociones negativas y me akumizaría.

—Resulta... —susurré para mi cuando empecé a caminar de vuelta al instituto—, que ahora soy un perro vigilado —mostré indignación.

Subí los escalones de la entrada, las fotos ya no estaban pegadas. Me apresuré a caminar ya que las clases seguían en curso.

Antes de entrar me llene de calma, abrí la puerta y mire a la señorita Mendeleiev.

—Señorita Petrell —todos me miraron—, una hora tarde.

El timbre sonó dando inicio a la segunda  hora que le correspondía a la mujer.

—¿Puedo pasar? —alzó una ceja.

—Parece que olvido el reglamento interno —reprendió y yo rodé los ojos.

—Quiero mis cosas —señalé el pupitre del rubio, donde estaba mi mochila.

—Cambie de opinión, puede entrar —prefería estar una hora afuera que en su clase y ella lo notó.

Sonrió orgullosa pero yo arrugue mi ceño.

Entre al aula, tome mi mochila y camine al pupitre vacío que estaba al fondo.

No pensaba sentarme con Adrien.

—¿A dónde va? —pregunto la mujer y yo me senté.

—A tomar clase —aseguré con una sonrisa—. Prosiga.

Saque mi libreta y mis bolígrafos. 

La clase continuó pese a mi pequeña rebeldía, cuando termine de anotar mis apuntes cerré la libreta. Me enderece y me puse mis auriculares, el timbre sonó y yo puse música.

Para aislarme del mundo después de ser ridiculizada.

Escondí mi rostro entre mis brazos y cerré los ojos.

—¡Queen! —grito una voz masculina—. ¡El elixir!

Lanzó una especie de frasco gotero, el líquido era brillante de color azul tornasol. Una mujer lo atrapó y trato de huir pero algo la detuvo.

Miro a la tierra, tomó fuerza y lanzó con firmeza el frasco, este fue directo a la tierra y apareció de la nada sobre una calle. En forma de casete.

Abrí mis ojos de golpe, los ojos de Evie me miraban fijamente, me enderece espabilando el sueño.

—¿Cómo estás? —pregunto con tono suave.

The diary of Adrien Agreste 《A.A y tú》©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora