Nos conocimos por aquellas galletas, ¿por qué no continuar nuestra historia gracias a ellas?
• Historia inspirada en el manhwa "Tercer final"
• Ship principal- Minsung (Minho x Jisung)
• Capítulos de 2000 palabras
• Se encontrarán más ship
• Fluff...
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Mordió su labio inferior con fuerza, evitando soltar un gemido en alto.
Respiro con dificultad, mirando su mano llena de su propio fluido
Suspiró y limpio todo, saliendo con cautela del baño
—¿Por qué no me llamaste?— Un escalofrío recorrió su cuerpo.
Se giró hacia la derecha viendo a Minho con los brazos cruzados, apoyado en la pared
—¿Por qué no gemiste mi nombre mientras te tocabas?— El mayor camino hacia el chico con lentitud, analizando cada reacción.
—¿Pudiste calmarte?— susurró cerca de sus labios —¿O aún puedo ofrecerte mi ayuda?—
Sus miradas se intercalaban entre sus ojos y sus labios, Han mordió su labio inferior
—Tal vez...Necesite tu ayuda— murmuró, acercándose al pelinegro.
Sus respiraciones se mezclaron hasta que sus labios se unieron, en un desesperado beso.
Minho apretaba la cintura del menor mientras este pasaba sus brazos por su cuello, volviendo la unión más profunda.
Sus lenguas peleaban por saber quién sería la dominante y sus manos se encargaban de disfrutar de sus calientes pieles.
Jisung dio un pequeño salto, enrollando sus piernas en la cintura del contrario, quien con rapidez agarró sus muslos dejando algún apretón en ellos
—Vamos a la cama— susurró el peliazul sobre sus labios con una pícara sonrió.
El mayor caminó sin prisa, aún mordisqueando los dulces labios de su amado.
Dejó a Han en la cama con cierto cuidado, metió su mano por la camisa del menor hasta llegar a sus pezones, apretándolos un poco, dejándose llevar por los continuos jadeos del peliazul.
—Minho, date prisa— gimoteo Jisung, al sentir ambas entrepierna rozándose continuamente.
El pelinegro sonrió ladino, comenzó a bajar la ropa inferior del chico con tranquilidad, disfrutando de la mirada desesperada de Han.
Volvió a unir sus labios, bajo por su cuerpo entre besos y lamidas dejando algunas marcas que tardarían tiempo en desaparecer.
Dejó un pequeño beso en la punta, antes de pasar su lengua por todo el miembro.
Continuó bajando sus besos, apretando con ambas manos el trasero del menor.
Han jadeo al sentir humedad en su entrada, como auto reflejo intentó cerrar sus piernas pero sus muslo eran agarrados por las manos del mayor.
Se removió levemente cuando el húmedo músculo fue reemplazado por un dedo, adentrando sus interiores con paciencia mientras dejaba besos y mordidas en sus piernas.
