12

281 28 8
                                    

Mientras esperaba que Alejandro y Soap salieran con el Sin nombre mi cabeza empezó a sobrepensar.

¿Qué pasará cuando termine la misión? La verdad, no tengo a donde ir, más que Susana mi vida está vacía, no conozco otro tipo de familiar y el que tengo no me quiere ni ver, tengo un departamento en Londres pero no hay ni comida ahí, sólo lo básico, como un sofá, una cama y creo que hasta ahí.

Wow, que vida aburrida, no tengo familia ni pareja, nisiquiera me esfuerzo por tener una, pienso que quedándome sentada mágicamente aparecerá un chico y me dirá " Me gusta la chocolatada  y vos sos del mismo color, vámonos morocha" Dios, que deprimente.

Sólo me quedan mis amigos en Argentina y los que hice cuando estaba trabajando en mi anterior base, antes de que Sheperd me trasladara a Inglaterra, teníamos una linda amistad. Bueno, les había salvado el culo varias veces.

Cuando pasas ciertas situaciones con una persona, como por ejemplo, casi la muerte, se fortalecen mucho los lazos. Saber la situación o el conflicto que pasan día a día y entenderlo se te hace muy fácil amigarte o agarrale confianza con algún compañero de trabajo.

Total, si la situación se da, puedes morir al lado o con él.

¿Voy a seguir trabajando de esto? No, definitivamente no, quiero tener mi propio emprendimiento, quiero hacer algo que me guste de verdad, algo que de verdad valga la pena levantarme todas las mañanas.

¿Seguiré sola?

El ruido de una rama rompiéndose llamó mi atención, rápidamente me pare y saque mi arma del bolsillo para apuntar hacia al ruido, no podía disparar, si hacía ruido se darían cuenta que estoy aquí, esperé a que alguien saliera y por unos minutos no se escuchó nada. Solté todo el aire que tenía en los pulmones por los nervios, di media vuelta para buscar el francotirador y justo en ese momento escuché como alguien corría hacía mi dirección.

Apunté con mi arma  y disparé sin pensarlo, un gemido masculino vino junto con un gran charco de sangre, el hijo de punta no vio que todavía no guardaba el arma, pelotudo. El disparó fue en limpio en su cabeza, por eso el gran charco de sangre, me sorprendí por mi fantástica puntería sin ver, impresionante.

- Encontramos al Sin nombre,  está en el tercer piso, repito está en el tercer piso.  - Alejandro se escuchaba histérico, rápidamente guardé todo y traté de limpiarme lo máximo que pude con las manos.

- Que asco.- Murmuré, algunas gotas de sangre habían manchado mi pañuelo, teniendo todo el olor metálico en mi nariz.

Corrí rápidamente en dirección de la casa, algunos disparos se empezaron a hacer presentes y eso me aumentaba más la adrenalina, la casa estaba cerca pero desde el segundo piso empezaron a disparar. Hijos de puta.

No me daba tiempo ni de correr ni de sacar el arma, desenganche una granada de mi cinturón y la tiré con la mayor fuerza posible, a los segundos explotó y parte del escombro cayó.

Aproveché la oportunidad y corrí hasta que rompí una ventana con la inercia de mi cuerpo para entrar a la casa, caí en una alfombra más cara que todos mis órganos juntos, nisiquiera sentí el golpe por la cómoda alfombra.

-¡Fénix, despúes te llevas la alfombra, ahora levantate! - Escuché a Rudy gritarme a mi lado, se ve que entramos por la misma ventana.

- Ja ja ja, que chistoso. - Me levanté lo más rápido que pude y corrimos escaleras arriba, es impresionante lo grande que es esta casa. -Mansa casa.- Murmuré mientras corrimos.

- Es enorme, gana más un narcotraficante que nosotros.- Respondió a mi murmullo.

- Bueno, ya sabemos de qué trabajar cuando nos jubilemos. -  Bromeé a lo que Rudy soltó una carcajada.

FenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora