El viaje fue tranquilo, escuchando Taylor Swift y el sonido de la lluvia que pegaba contra la ventana. Alejandro no era el mejor conductor que he conocido, en los semáforos cuando un auto aceleraba pensaba que le quería hacer una carrera y salía picando a gran velocidad. Es un peligro andante andar con él.
- Bueno, está lloviendo. - Dijo y lo miré levantando las cejas.
-¿Encerio? - Murmuré con sarcasmo.
-Chistosa. Cuando saque seguro al auto, corremos hacía el super, rápido. - Ordenó. -¿Lista?.
- Si, dale.
El ruido del seguro desbloqueado sonó y rápidamente salimos del auto, cerrando las puerta y corrimos tratando de no mojarnos demasiado con las gotas que caían. Llegamos a la cera, la parte que estaba cubierta y paramos.
- Bueno, anda a buscar un carrito. - Ordenó mientras se sacaba la capucha.
Caminé hacia donde se encontraban todos los carritos, eran blancos y la parte donde se agarraban eran rojos, tomé uno y untente sacarlo pero se me era imposible, estaban muy bien enganchados entre sí. Miré a mi derecha y vi un carrito suelto pero tenía el asiento para bebé, arruge las cejas y negué con mi cabeza al aire, todavía no llegaba a esa etapa de mi vida y como venían las cosas no hay mucha posibilidad de que algún día usase ese carrito.
Suspire y deje el carro que estaba sosteniendo para buscar otro, todos estaban entrelazados entre si, así que era una perdida de tiempo tratar de sacar uno, además hace demasiado frío como para estar desatando nudos al aire libre. Di medí vuelta y vi uno a lo lejos, tenía un cartón encima pero no un asiento de bebé, así que ese era perfecto, bueno y un poco de agua ya que esta fuera de la cera. Escuché ruidos atrás mío cuando me dispuse a caminar pero no le di importancia, quería entrar lo más rápido que pudiera al supermercado, me estaba congelando.
-Vi que necesitabas ayuda. -Una voz gruesa habló a mis espaldas. -Aquí tienes tu carrito.
Esa voz...la misma que me hablaba todas las noches mientras Estaba en esa asquerosa celda, la misma que me torturaba hasta el desmayo, la misma que grito el día que me vengué. Tomé aire y seguí caminando. No quería mirarlo, sus cara era asquerosa y más después de lo que le hice ¿Qué hacía aquí? Es México y el es ruso ¿Por qué no esta muerto? Mi cabeza me recalca todas las noches como deje a ese tipo ¿Cómo está vivo?
-¿Qué pasa Джулия? ¿Me extrañaste? -Murmuró mientras escuchaba como caminaba hacía mi. - Vamos, pasamos...¿Cuanto...? ¿Un año...? ¿meses? Juntos, y ahora me ignoras. -Preguntó.
Lo ignore y trate de llegar a la puerta del supermercado, al diablo el punto carrito que estaba desocupado ¿Dónde estaba Alejandro? ¿Ya había entrado al lugar? Caminé más rápido para llegar a las puertas del supermercado, y me maldeci por buscar un carrito tan lejos. Mi corazón se aceleraba al igual que mi respiración, necesitaba urgente tomar más aire del que ya respiraba.
De la nada choque fuertemente con alguien m, su pecho duro me golpeó la cabeza y instantáneamente me hice oara tras oara ver quien era.
- Perdón, estaba apurada y sin querer lo choque, lamento...-Mire hacía arriba mientras lamentaba y vi a...
¡¿Ghost?! ¿Que hace aquí? No tenía puesto un pasamontañas pero estaba usando un barbijo negro, tenía ropa de civil puesta, unos Jeans no pegados a sus piernas y un buzo gris, si no fue a por sus ojos tan calificativos ni lo hubiera reconocido.
-¿Hay algún problema? - Preguntó mientras miraba al hombre que estaba detrás de mi.
Yo no podía dejar de mirarlo, después de lo que pasó en la oficina de Alejandro y de la cantidad de cosas que me dijo, no me da la cara para verlo de nuevo.
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Fenix
RomanceHay dos cosas más grande que todo lo demás. La primera es el amor y la segunda la guerra... Y como no sabemos en que va acabar la guerra, vida mía, hablemos del amor... -Rudyard Kipling ¡Ningún personaje es mío! Solamente el personaje...