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Capítulo 1

En alguna parte de los fríos pasillos de una cárcel dentro de una habitación se encontraba un azabache híbrido de oso peleando contra un guardia el cual quería despojarlo de sus lentes oscuros.

El azabache había aceptado que lo encadenaran del cuello, que le quitaran su
característica ropa, pero sencillamente los lentes que poseia no se irían, primero tendrian que matarlo. Otro guardia entraría en la discusión de ambos, ya harto por el ruido y el escándalo que estaban formando y especialmente porque nadie se atrevía a tocar al azabache dejaron que se quedarán con sus lentes.

—Camina, imbecil.— Se dirigió un guardia hacia el híbrido, el cual soltó un gruñido y se dedico a caminar por los pasillos fríos de aquella cárcel, escuchaba como los otros reclusos agitaban las rejas de la cárcel ya sea para insultar a los guardias o decir algo sobre el nuevo recluso que había ingresado.

Fue empujado hacia una celda totalmente vacía, no era algo que realmente le afectará, puesto que el híbrido ya estaba bastante acostumbrado a estar solo, incluso en su niñez era algo que nunca le molestaba —Mejor para mí.— Murmuró, para sí mismo, lo primero que hizo fue tirarse en una de las camas que traía la litera, durmiendose casi al instante, que lamentablemente no iría más allá que 15 minutos, escucharia el estruendo ruido de las rejas oxidadas abrirse haciendo que este se despertará y se pusiera en guardia.

— No voy a matarte, puedes bajar la guardia. — Entraría un sujeto que parecía ser su acompañante, poseía una armadura de netherita, el cual lo intrigó. —¿Te dejaron entrar con la armadura?— Pregunto el azabache al de la armadura misteriosa
—No son tan difíciles de amenazar.— dándole a entender lo que había hecho.

Aunque el de la armadura y el azabache compartirian celda ninguno se dirigía la palabra —Me llamó Farfa.— rompería el hielo de esa pequeña habitación y haciendo que los que estaban en ella no se mantuvieran tan sometidos a estar en guardia, en especial el oso —Soy Spreen, tal vez sea un gusto conocerte, farfa— No se esperaba ni siquiera un "hola" de aquella persona, estaban bien sin hablar, cada uno en sus asuntos, pero tampoco era mala idea recordar que ahora compartirian celda y no estaría mal intercambiar aunque sea algunas palabras.

Después de eso no hablaron más, ahora el ya nombrando, farfa; se había acostado en una cama para descansar, el osezno miraba a las personas cambiar de celda, también podía escuchar gemidos e incluso guardias teniendo relaciones con algunos que otros reclusos, podía fácilmente salir de su celda como las otras personas que estaban, al fin de cuentas los guardias estaban por casi todos lados, al menos desde su perspectiva.

Comprobó aquello moviendo un poco la reja de metal y era cierto, dejaban las rejas totalmente abiertas, decidió explorar un poco para ir ideando un plan de como escaparse de allí, no era la primera vez que lo hacía y esta tampoco sería la última.

Pronto estando frente a la azotea de la cárcel se sentaría en los fríos pisos, pensando un poco el como escapar y apreciando la poca vista que tenia del mar, era al menos un lugar con lindas vistas.

Pero todo iba demasiado bien como para estar en una cárcel, sintió como alguien se acercaba a él y sus orejas se moverian poniendose en defensa y levantándose de golpe, tambaleó un poco y trató de ir hacia tras cuando sintió a alguien tocar su cola híbrida.

—Menuda lindura que tenemos aquí, ¿no es así reborn?— Una pequeña risa se haría escuchar de parte del que estaba enfrente suyo, el cual lo haría sudar rápidamente, tanto como sus orejas y cola híbrida eran extremadamente sensible al tacto.

Estaba rodeado por aquellas dos personas, al frente suyo estaba ocho y atrás tenía a reborn, que era el que más le fastidiaba de los dos.

—Deberíamos darle una muy buena bienvenida al osito.— Mencionaria reborn, El azabache se quedaría congelado al escuchar lo que estaba diciendo el otro que parecía llamarse reborn, por suerte pudo reaccionar rápido y con una de sus garras lastimar al que estaba delante suyo, que parecía llamarse ocho, le daría el suficiente tiempo como para lanzarle un golpe al que estaba detras suyo, dejándolos en el suelo.

𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐄𝐉𝐀𝐒.⸺𝗦𝗵𝗮𝗱𝗿𝗲𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora