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Capítulo 2

El día anterior antes de que finalizará el día, el ente, Shadoune, lo había hecho sonrojar, por lo cual Farfa se dio cuenta y lo terminó molestando por eso, luego solo recuerda que se quedo hablando con Farfa unas horas y luego cayó rendido a su cama.

Volvía a despertar, nada cambiaba a excepción que pudo escuchar algunos sonidos raros provenientes de la celda de al frente.

Se había percatado de esto hace muchísimo tiempo, no podía hacer nada, tampoco era que quisiera levantarse de su cama, de aquella dura y fría cama, le dolía su espalda debido a eso, pero nada que no pudiera soportar.

Estaba aburrido, solo estaba esperando a que los llamaran para ir a las duchas, aunque también tenía malos e incómodos recuerdos por lo que vio anteriormente sobre aquel híbrido de pato y al parecer su novio.

En la habitación había un pequeño espejo al lado del lavamanos, se levantó y fue directamente al espejo, quitándose sus lentes y poniéndolos a un lado, sus ojos eran de un color morado/magenta bastante fuerte, pero no apagado, sino brillante, acompañado de sus largas pestañas y su pálida piel.

Grande fue su sorpresa cuando escucho la voz de Farfa —Altos ojos y pestañas que tenes, wacho— Se asustó y dio un pequeño brinquito sacándole risas al otro argentino dentro de la celda, volvió a colocarse sus lentes antes de que los llamaran para los ya habituales baños.

Otra vez el mismo proceso, había bajado un poco su vergüenza, pero aún seguía manteniendo incomodidad, al menos se salvo de escuchar los gemidos de la celda del frente.

Se quitaría la ropa y seguiria el mismo ritmo que los demás reclusos, tampoco quería ganarse algunos problemas, aunque estaba seguro de que en algún momento lo haría, no suele ser de esas personas tranquilas en ese aspecto.

El agua fría empapando el cabello del híbrido, mientras miraba hacia arriba, totalmente desnudo dejando apreciar su blanquecina piel.

Sintió unas manos que lo pegaron a la pared, haciendo que su cuerpo se vea totalmente inmóvil, el agua aún resbala en su cuerpo, haciendo que sea una vista totalmente erotica para la persona que lo estaba viendo.

—¿Te acuerdas de mi, lindura? — Esa voz le heló la sangre, era reborn y sea cual sea lo que quiera hacerle no sería nada bueno.

—¡Sueltame hijo de puta! — Más parecía que sus palabras no eran escuchadas, sintió un escalofrío por todo su cuerpo cuando este empezó a depositar besos por su cuello, no podía sentirse más repugnante en ese momento.

La fuerza que hacía el otro contra el azabache estaban dejando marcadas sus muñecas, comenzaba a sentir dolor, pero más que dolor, asco.

¿Donde están los guardias? ¿Donde están los guardias? Donde están los.. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando sintió su cuerpo liberarse, rápidamente se dio la vuelta y era el ente.

—¿Estas bien, oso?— Pudo ver la escena, Shadoune preguntando si estaba bien, mientras el agua se veía manchada de color carmesí por la sangre que derramaba aquel sujeto que intentó abusar de él, le había roto la nariz.

No escucho las palabras que le decía el ente al abusador, solo veía como huía del lugar, el osezno no pudo evitarlo más, lloro desconsoladamente en las duchas, Shadoune al ver esto cerró la llave de la regadera en la que estaba el oso, llevándolo fuera y secandolo.

—¿Puedo?— Preguntó al híbrido de oso, insinuando quitarle sus gafas para limpiarle los ojos, el azabache asintió a la pregunta, dejando que el ente retirara con suavidad sus tan amados lentes.

𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐄𝐉𝐀𝐒.⸺𝗦𝗵𝗮𝗱𝗿𝗲𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora