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Antes de la cárcel.
Vieja escuela.

En un instituto privado donde solo los mejores estudiantes entraban y sólo aquellos estudiantes que pasaban días y noches intentando entrar si tenían suerte, entraban.

Rubius y Vegetta eran dos jóvenes adinerados, por lo cual solo pagaban cierta cantidad de dinero, eran de los pocos que no eran becados como sus otros dos amigos Auron y Luzu.

Pero su instituto no era tan prestigioso como decían ser, Rubius había comenzado a vender anfetaminas a los estudiantes, estos aceptaban debido a que no poseían el dinero suficiente para poder pagar una mensualidad en el instituto.

Vegetta, su novio sabía de aquello, no le agradaba demasiado pero la excusa del castaño siempre era “Es el último año” El pelinegro tampoco entendía muy bien eso de vender anfetaminas a toda su aula, pero en algo tenían razón, era el último año y todos estaban desesperados por lograr graduarse.

El osezno tampoco era alguien cruel, sabía lo que ocasionaba las anfetaminas si no las tomas con moderación así que siempre le regulaba la dosis a sus “clientes” afortunadamente, cuando se acabó el año no hubo ninguna sobredosis y lograron graduarse todos.

—Vegetta.— Mencionó el castaño a su pareja quienes se encontraban saliendo del salón de la graduación. — ¿Qué pasa? ¿No estás feliz de que nos graduamos?— Preguntó, debido que la expresión de su novio sonaba algo serio.

El osezno se percató de aquello, no imaginaba que su expresión estaría tan sería como decía su novio —¿Usaste protección la última vez?— Al pelinegro pareció que se le congeló la sangre cuando el castaño le preguntó si había usado o no, no era un secreto para ambos que nunca usaban protección, el castaño simplemente le daba a entender una sola cosa.

El pelinegro aún estaba en shock por lo que le había preguntado su novio, no porque no pudieran tener un bebé o porque no pudieran mantenerlo, lo estaba de lo feliz que le hacía ser padre.

—Vamos a ser padres.— Al fin le había dicho lo que tanto quería escuchar, se lanzó al castaño abrazandolo fuertemente.

Eran algo jóvenes para tener un hijo, pero eso no era problema para ninguno de los dos tenían las suficientes posibilidades económicas y las ganas.

No tenían la mínima idea de ser padres, pero después de todo era algo que hacía feliz a ambos, habría que intentarlo, todo estaba más que asegurado que el bebé que venía en camino era alguien afortunado naciendo en una cuna de oro, eso decía la gente puesto que aunque Rubius quería hacerlo sorpresa Vegetta estaba demasiado emocionado, solo podía hablar de eso, haciendo que todo el mundo se enterara.

Luzu fue el último en enterarse de esto, se había ido del salón de graduados después que le dieron su diploma, se encontraba en una tienda la cual siempre iba, no importaba el momento, se sentía en paz y tranquilidad.

Más cuando su novio, el cual llevaba años con él le había terminado hace dos semanas, quería olvidarlo y solo ahogaba sus penas en alcohol.

Su ex-novio, Auron, con el cual habian planeado su boda y todo parecía ir fluyendo de maravilla pareció destrozarse a pedazos, no sabía el porque, Auron no había dejado una razón, de hecho, no pareció importarle cuando rompieron, desde ese entonces sólo podía llorar y mantenerse alejado de todo círculo social o algo que tuviera que ver con que gente lo pudiera ver, ante todos sólo quedaba como un ridículo, su ex-novio estaba haciendo su vida y le estaba yendo de maravilla y el lamentándose por aquello, no podía evitar ser la burla de la gente, más que el se arriesgo a tener algo con Auron sabiendo que podía acabar totalmente destrozado y no sólo porque lo podía lastimar, sino porque sabía que era demasiado famoso entre la gente y a él sólo lo reconocían por “El novio de Auron.”

𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐄𝐉𝐀𝐒.⸺𝗦𝗵𝗮𝗱𝗿𝗲𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora