[XI] Día antes de la pesadilla.

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Abrí mis ojos lentamente, sintiéndolos pesados, y contemplé el techo blanquecino. Con cierta pereza, levanté la cabeza y pasé instintivamente la mano por mi cabello. No pude evitar preguntarme: "<¿Qué diablos... pasó?>". Observé a mi alrededor y fue evidente que me encontraba nuevamente en la sala de enfermería de U.A. Las paredes de concreto blanco ya me resultaban familiares, a pesar de haber estado aquí solo una vez.

Dejé caer mi mano sobre las sábanas que cubrían mi cuerpo y dirigí la mirada hacia el reloj, que marcaba las cuatro y media de la tarde. Aún no habían terminado las clases, pero en ese momento no me importaba tanto. Estaba más concentrado en lo que había sucedido horas atrás: habíamos ganado el enfrentamiento.

Había logrado la maldita victoria gracias a Mineta. Mierda, eso era realmente sorprendente. Yaoyorozu fue verdaderamente estúpida al no pensar lo suficiente en Mineta... ¿A quién estoy engañando? Mineta no era precisamente alguien por quien valiera la pena preocuparse, pero él siguió mi plan a la perfección y no mostró ninguna duda. Se merecía plenamente ese logro, fue él quien nos llevó a la victoria al tocar la bomba falsa.

El crujido de la puerta al abrirse me sacó de mis pensamientos y captó toda mi atención. Era Recovery Girl, y su presencia no auguraba buenas noticias. "Jovencito, es la segunda vez que te encuentras en esta enfermería en menos de un mes. Francamente, no tengo ganas de verte aquí de nuevo en lo que queda del mes", pronunció con voz molesta, golpeando enérgicamente su bastón y frunciendo el ceño mientras me señalaba con él.

"Creo... que tendrá que irse acostumbrando... ha-ha", respondí con una risa nerviosa mientras me tocaba la mejilla. Intenté bromear un poco con la anciana para aliviar la tensión, pero a ella no le hizo ni puta gracia.

"Parece que estás bien, así que será mejor que vayas al campo de entrenamiento", dijo la anciana sin perder tiempo, intentando echarme de la sala de la enfermeria. Claramente, había tocado su nervio, lo que hizo que me golpeara con su bastón.

"Soy anciana, pero no soy estúpida. ¡Shu, shu!" me echó mientras me empujaba, y yo avanzaba caminando por los pasillos con una pequeña sonrisa algo traviesa. Relajarse unos minutos no estaba mal. Pero al menos pude tener una idea de cuán fuerte es mi One for All en este momento.

Mientras volvía hacia la sala donde todos verían los combates, fruncí el ceño mientras recordaba la sensación de golpear a Katsuki. Se había sentido bien. ¿Disfruto golpear a la gente? Me sentí algo aterrado ante ese pensamiento, pero dejé de pensar en ello cuando recordé el impacto de mi golpe. Había sido solo el 8% de mi poder y casi humillé a Katsuki en un combate uno contra uno. Mi desventaja es que todavía no me adapto a pelear. Katsuki, después de todo, no pelea con sus brazos, usa sus explosiones. Debo dejar de pensar como en mi mundo anterior, donde todos pelean mano a mano. Debo corregir ese maldito pensamiento.

"No eres nada", chasqueé la lengua con molestia. A pesar de que me estaba acostumbrando a las voces y los síntomas de esta mierda estaban disminuyendo, aún persistían, lo cual era molesto. "Mírame..." Levanté la vista y vi la sombra deformada de mí mismo, la sombra de Izuku Midoriya, y su boca se distorsionó en una sonrisa maquiavélica. "¿Cuánto aguantarás esta culpa, farsante? Dímelo... ¡VAS A FALLAR COMO SIEMPRE!" Con su último grito, se desvaneció. Mierda... las pastillas incluso están dejando de funcionar... eso era malo.

Cuando finalmente llegué a la sala de observadores, pude escuchar a algunos compañeros hablar sobre el combate que se estaba desarrollando. Me acerqué sigilosamente, pero noté que Jirō me había notado cuando sentí su auricular tocando mi hombro. Me observó con una sonrisa y levantó discretamente la mano.

Dirigí mi mirada hacia la pantalla y comencé a observar el enfrentamiento. Como sospechaba, todos los equipos eran aleatorios. Lo que sucedió en el anime y el manga se había quedado allí, los cambios habían comenzado... y eso me disgustaba.

I'm Midoriya | BNHA (Vol.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora