[XXXI] Terrenos Yaoyorozu.

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Me quedé mirando el cartel de Yaoyorozu con una expresión indiferente, a pesar de que mis otros compañeros estaban a mi lado sin poder creer lo que veían.

"Sabía que era rica, pero no creí que tanto..." Denki habló atónito.

Las calles se extendían interminablemente, pero estaban rodeadas de rejas, y el paisaje estaba dominado por una densa vegetación. Esto era solo el comienzo.

"Bueno, ¿quién se anima a tocar el timbre?" Dije con indiferencia y posiblemente con una expresión que destacaba que ya estaba acostumbrado, aunque en realidad no lo estaba.

"¡¿POR QUÉ NO ESTÁS SORPRENDIDO COMO NOSOTROS?!" Mina me señaló acusatoriamente con el dedo.

"... Es que lo esperaba." Admití abiertamente mientras presionaba el botón del timbre.

"¡¡LOS ESTABA ESPERANDO!!" La emocionada voz de Yaoyorozu salió del altavoz, y el gran portón se abrió.

Nadie se movió. Todavía estaban procesando todo lo que veían. Incluso Kyōka mostraba inquietud. Suspiré y caminé solo el resto del camino.

En algún momento, se darán cuenta de que tienen que entrar.

A medida que avanzaba, pude visualizar el impresionante bosque que rodeaba la mansión, el aire fresco y saludable llenaba mis sentidos con una sensación relajante y tranquilizadora. Con cada paso que daba, el silencio era dominante y pacífico. Lo único que se escuchaba eran los sonidos de mis propios pasos mientras caminaba por aquel prestigioso terreno.

Carajo, los terrenos de Yaoyorozu eran increíbles.

Finalmente salí de los bosques y me encontré con la majestuosa mansión que se alzaba en el lugar. Incluso divisé una hermosa fuente en el centro del patio, era como estar en terrenos reales, aunque eso se quedaba corto.

Esto era obra de algún dios de los lujos divinos, sin lugar a dudas.

"¡Midoriya!" La voz me sacó de mis pensamientos mientras veía a Yaoyorozu acercarse a mí con entusiasmo. "¿Eh? ¿Dónde están los demás?" Inclinó la cabeza de manera adorable y con cierta confusión.

"Se quedaron pasmados ante tus lujos." Me burlé un poco, lo que hizo que ella se ruborizara ante mis palabras.

"¡N-no! No dejes que... ¡No debiste dejarlos atrás!" Cambió sus palabras en el último momento mientras se llevaba una mano a la cintura y me señalaba acusatoriamente.

"¿Qué? ¿Y yo qué culpa tengo?" Me señalé a mí mismo, algo indignado por sus acusaciones.

"¡Midoriya!" Curiosamente, esos gritos no provenían de Yaoyorozu, sino de atrás de mí. Me di la vuelta y vi a Sero corriendo hacia nosotros, seguido por los demás.

"¡Chicos!" Yaoyorozu se emocionó al oír a los demás y nos dio la bienvenida a la mansión.

Al entrar, nos encontramos con la lujosa decoración de la mansión, con cuadros, floreros y muebles elegantes. El suelo de madera apenas hacía ruido al caminar, y era evidente que esta era una casa de personas adineradas.

Mientras explorábamos la mansión, Yaoyorozu nos guió hacia el gran salón, que era impresionante. La mesa se extendía mucho y estaba perfectamente decorada.

De repente, escuchamos un carrito que se acercaba y vimos a un mayordomo trayendo un carrito con deliciosos pasteles y juegos de té y café.

"¡Por favor, siéntense!" Dijo el mayordomo amablemente, y todos nos acomodamos alrededor de la mesa, dejando nuestras mochilas a un lado.

Tenía muchas ganas de explorar más la mansión, pero también quería ver dónde entrenaría a mis compañeros. Decidí preguntar.

"Yaoyorozu," la llamé mientras ella nos servía té, aunque en mi caso me trajo una taza de café.

I'm Midoriya | BNHA (Vol.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora