cap. 14

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Alex

Hoy es un día realmente malo, llueve y sé que eso significa que C no va a venir al colegio.

Aunque somos novios aún no he podido preguntarle sobre su miedo, sé que es un tema delicado y llevamos muy poco de noviazgo para que tenga la confianza de contármelo y todo esto parece surrealista porque nos enamoramos sin estar juntos verdaderamente, nos enamoramos a distancia y ahora que estamos juntos me doy cuenta que sé muy poco de ella.

Me acerco a Lucas y Miriam que se están dando el lote. Carraspeo para que se den cuenta de mi presencia.

- ¿Qué pasa?- me dice Miriam cortante, vale, sé que he interrumpido su gran momento, pero ahora para mi es más importante Rita y me da igual todo lo demás.

- He venido a hablar de Rita- le digo.

Veo como Miriam mira con complicidad a Lucas dándole a entender que nos deje a solas.

- Rita me contó que estabas al corriente de su fobia, supongo que ahora que llueve buscas respuestas...- le hago una señal para que siga- Ella se cree que la llamamos Cliché porque su vida es la típica de un libro, no es así... La primera vez que la llamaron así fue Tamara West fue el día del entierro de su madre, ella no estaba presente pero Tamara la humillo, acababa de perder a su madre y ella solo le metía mierda...

No puedo evitar apretar los puños, quería pegar a Tamara, si no fuese chica juro que la hubiese pegado.

- El caso, es que era en segundo de primaria, en la época donde las chicas se dedicaban a ver las princesas... Y como sabrás, la sirenita, Pocahontas, Mulán, Bella, Cenicienta... Ninguna de ellas tenía madre por eso Tamara la llamaba cliché porque también había perdido a su madre.- hace una sonrisa triste- Todos la dejaron de lado cuando más necesitaba de la gente y allí entramos yo, Lucia, Lucas y Carlos... Fuimos los únicos que se acercaron a ella a darle el pésame, a ella y a su hermano de dos años. Así se creó Los Cruasanes.

Me desgarro por el relato y sin importar que tuviese clases o no, corro hacía su casa... Ella me necesitaba y yo iba a estar a su lado.

Pico al timbre como un loco desenfrenado un hombre canoso de unos cincuenta años me abre la puerta, supongo que es el padre de Rita, pero eso ahora no me importa, solo Rita... Corro hacía su dormitorio, abro la puerta y veo su dormitorio de siempre, las misma pared con el collage de sus amigos, los posters de los vengadores, su estantería de libros, su escritorio desordenado... Todo era igual, solo que la chica sonriente que había conocido estaba estirada en la cama, llorando como nunca lo había hecho y mi alma se parte.


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Dije que tendriáis capítulos más largos y aquí vengo cumpliendo mi promesa :)

La pareja (libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora