Alex había estado todo el verano trabajando, ¿Por qué? Por una simple razón: Rita.
Alex pensaba que cuando más ahorrase mejor, así, antes de empezar la universidad podría ir a ver a la chica que amo y siempre amará, así podrá ir allí cuando quiera y cuando se le plazca, porque tendrá suficiente dinero para permitirse tantos viajes. Iba a hacer que las relaciones a distancia funcionasen. Lo lograría, porque como dijo su hermana una vez, su historia tiene que tener un final feliz.
En la otra punta del continente estaba Rita, desempacando caja tras caja, es increíble que llevase en Francia tres meses y aún no hubiese acabado de deshacer todas las cajas, creía que la mudanza sería más fácil.
Rita echa de menos a su familia, pero también añora a un chico, ella lo dejó, ella prefirió esto a una relación a distancia y, ahora se arrepiente, porque mira las fotografías que tiene con él y piensa que quizá, hubiese podido funcionar, porque con él todo puede funcionar, joder, lo quiere, ¿Tenía que irse tan lejos para darse cuenta que lo quería y dejarlo había sido una estupidez? Le duele, le duele pensar que quizá no hizo lo correcto y que el hecho de pensar que las relaciones a distancia no funcionaban era un simple perjuicio que tenía, ¿Qué pasaba si el amor era más potente que la distancia? Quiere estar cerca de Alex, normal, siendo él su único y verdadero amor.
¿Qué haces cuando quieres recuperar al amor de tu vida? Coges un coche y la vas a buscar, como un caballero al rescate de su princesa. Alex era ese caballero y Rita era la princesa.
Con los nervios a piel de flor, Alex se para delante de la puerta donde supuestamente Rita se había mudado con su mejor amiga. Alex había planeado un discurso, en realidad había planeado mil formas de decir lo mismo: que la quería, sin embargo, parado delante de la puerta, su mente estaba en blanco, no sabía que decir ni que hacer, ni siquiera se veía con el coraje de picar a la puerta, que extraño, se suponía que él era el valiente y ahora... estaba acojonado. ¿Y si no estaba? ¿Y si ella no quería nada? ¿Qué pasaba si le volvía a rechazar? Ojalá no lo hiciera, eso, le dolería demasiado.
Respira profundamente, una, dos y tres veces, con el coraje que le falta, pica a la puerta. Al poco tiempo una chica con el pelo desordenado y unas gafas de culta enorme le abre la puerta.
Ella se sorprende y él, intentando decir uno de sus largos discursos, preso del pánico, solo es capaz de pronunciar su nombre.
- Rita.
- Alex.
Rita sin dudarlo lo abraza, Alex huele su perfume, sonríe.
- Me equivoque, Alex.
- Te he echado de menos.
Y sin más, se besan del modo que habían deseado besarse desde hacía tiempo y, lo cierto, es que nunca habrá un final en esta historia, porque se amarán hasta el final de sus días de manera incondicional sin importar la distancia, las terceras personas y los perjuicios, porque cuando dos almas están destinadas a corresponderse nada puede separarlas.
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Y un año después... publico el final, sí, lo sé, soy terrible, pero muchas lectoras querían otro final así que aquí está, para todas aquellas personas que desde siempre han querido que Rita y Alex acabasen juntos y para aquellas fans que quisieron matarme al leer el final, espero que os haya gustado.
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La pareja (libro 3)
RandomEsta redacción se hace por parejas, bienvenidos a la fantástica historia de Alex y Rita. Donde él deberá leer La cliché. Donde yo tendré que leer algo suyo. Donde él verá que he escrito sobre él. Y yo veré algún relato estúpido de macho alfa. Image...