Spreen era un chico bastante misterioso en el instituto, el se consideraba una persona callada y cerrada, aunque los demás lo conocen como el chico raro.
En cambio Roier es todo lo contrario, un chico nuevo que quiere ser amigo de todos y pasársela...
La semana final había llegado a la escuela, tanto alumnos como maestros se encontraban estresados, estudiando y calificando a más no poder.
Spreen y Roier no habían hablado casi nada, ya que se la pasaban repasando sus libros, cuadernos, apuntes, páginas web, entre más.
Eran las doce de la noche, y el chico castaño había salido del pueblo para tomar aire, sin duda estaba nervioso, mañana era su prueba final y no se sentía preparado para eso.
-¿Roier? ¿Qué haces aquí afuera?- pregunto natalan acercándose a este.
-Nada en realidad, solo trato de relajarme pes mañana-
-Mhm, confía en ti- puso una de sus manos en el hombro contrario- Yo se que te va a ir bien-
-Gracias- sonrió leve y miró los carros pasando por las calles vacías del pueblo.
Natalan se quedó a su lado sin decir nada.
-Bueno, trataré de dormir- dijo dando media vuelta para luego mirar a natalan- Suerte para mañana-
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Día de la prueba
Spreen despertó por la incomodidad que sentía en su espalda, ya que se había quedado dormido en el escritorio de la habitación, con todos los libros abiertos y marca textos por el suelo.
Tallo sus ojos y se fue a bañarse rápidamente, quería llegar temprano al salón para estudiar un poco más.
Un gran dolor llegó a su cabeza, haciendo caer al suelo.
-No otra vez..- susurró tratando de mantener la calma, se levantó con sumo cuidado y fue a por una pastilla, la verdad no era la primera vez que le pasaban esos tipos de dolores.
Sirvió un vaso de agua y puso la pastilla en su boca para pasársela. Ya que el dolor no estaba ahí, volvió al baño para seguir con lo que hacía.
(...)
Al salir de bañarse se cambió con el incómodo uniforme, tomó su mochila y salió rápidamente de ahí, no quería distraerse con roier.
Sonaba mal, pero era la verdad, su novio lo distraía bastante fácil.
Llego y noto al castaño ya sentado en su lugar. "Mierda" pensó mientras sus mejillas se sonrojaban.
-¿Que haces acá tan temprano?- pregunto el hibrido
-No pude dormir muy bien-
Se miraron unos segundos hasta que spreen fue a sentarse a su lado.
