Irony (Kaisoo)

Capítulo 3

Kyungsoo.

- Byun -musité apenas coloqué el aparato en mi oído.

- ¿'Soo? ¿Eres tú?

Tomé aire profundamente, luego hablé.

- ¿Tienes algo que hacer? -dije, evitando su pregunta.

- Pues no, pero...

- Perfecto. Ven a las siete.

- ¿Qué dem... ? -y corté la llamada, sin darle tiempo a responder o replicar nada.

Necesito apoyo moral.

Aquel suceso había sido de lo más traumático que me había pasado alguna vez. Lo juro: yo había quedado traumatizado de por vida en todos los aspectos, y ninguna terapia me ayudaría a recuperarme ni a ser lo que era antes.

Aquel había sido un acto inhumano, inmoral; como si fuese algo satánico, y definitivamente no exagero al decir que, tal vez, había sido mucho peor que eso. Porque decir que había sido algo hecho por un jodido demonio se quedaba corto. No. Aquello... lo que me había hecho eso había sido el mismísimo Diablo en carne y hueso, ni más ni menos, convertido en mi peor pesadilla (en este caso, un maldito bisexual) y aprovechándose de mi estado de parálisis (y excitación suprema) momentánea para abusar de su suerte y violarme como nunca antes hubiese imaginado que me sucedería. Y yo vivía con miedo hacia ellos antes, sí, pero ahora no es que sólo se haya cuadruplicado aquello, sino que también mi odio y repulsión había ido en aumento, y en uno muy considerable que podría utilizar a mi favor para destruir a todos esos especímenes si quería, pero justo ahora yo... no sabía cómo sentirme respecto a ello ni qué hacer para afrontarlo.

Realmente lo que ese psicópata ninfómano de mierda me había hecho no tenía ni tiene explicación lógica ni moral, mucho menos un perdón. No lo tiene ni nunca lo va a tener. Porque un acto así nunca tiene una explicación razonable, salvo que el sujeto en cuestión sea un verdadero cabrón con la polla tan caliente que hasta se le terminó por volver negra. En serio... ese maldito me las va a pagar todas juntas: Humillación, violación...

Se arrepentirá y yo me encargaré de que eso suceda, maldita sea. Lo prometo por lo que sea. Lo juro.

[...]

- ¿Qué demonios... te ha sucedido, 'Soo?

Baekhyun, y luego de que abriera la puerta con una lentitud casi fantasmal, me miró de pies a cabeza, estupefacto, y luego posó su vista en mi rostro (seguramente estropeado) y no tardó en fruncir el ceño y cruzarse de brazos, como si estuviese desaprobando mi aspecto.

Pero, bueno, no es como si se pudiese hacer mucho luego de haber pasado por un suceso traumático, salvo acurrucarse en el sillón, abrazarse ambas piernas y llorar a moco suelto hasta que no quede H2O en ningún rincón del cuerpo que antes había estado en perfecto estado, pero ahora era una masa de piel, grasa, carne y más porquerías, contaminadas por un par de manos demoníacas y sucias. Por lo que no puede culparme de estar así; claro que no.