Capítulo 5

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Un mes después...


Jongin.


— ¡Maldición! ¡Llegaré tarde!


Un escándalo se escuchaba, sorprendentemente, desde el otro edificio y sonreí, sacudiéndome los cabellos, buscando espabilarme. Los rayos del sol entraban desde mi ventana de manera destructiva, dificultándome la cosa, y entrecerré los ojos de golpe, sintiendo de pronto unas tremendas ganas de estornudar.


— ¿Y ahora qué le sucede? —murmuré divertido al oír la bulla y me levanté sin pensármelo dos veces, asomándome a la ventana y apoyándome sobre la barandilla, viendo la habitación de enfrente.


El hombre de estatura bajita fue lo primero que divisé, saltando de acá para allá y sosteniendo el cepillo con la boca mientras trataba de ponerse los pantalones, lo cual, cabe destacar, no le estaba saliendo muy bien que digamos. Debía admitir que, si no fuera porque estaba apoyándose sobre un mueble con el trasero, no dudaba en que terminase cayéndose de bruces al suelo.


Ese hyung...


Reí ante la mera idea de verlo caerse de culo al piso y, sin pudor alguno, salté hacia su balcón.


— ¡Oye, Kyungsoo-hyung!


Apenas volteó a verme, escupió el cepillo y frunció el ceño.


"Nuevo record", pensé, sonriendo de lado y entrando a la habitación. Últimamente, hacerle enojar era bastante entretenido, y, fastidiarle en el menor tiempo posible, mi reto. Hoy volví a sobrepasar mi marca.


— Jongin —pronunció entre dientes. Oh, sí. Lo vi apretándolos, como si quisiese arrancarme la cabeza de un bocado cual piraña. Qué amoroso—. ¿Qué es lo que quieres? Me imagino que te darás cuenta de la situación en la que estoy —gruñó, apuntándose de arriba a abajo. Seh, ya lo veo, Sr. Pantalones por la rodilla—. Y estoy apurado, así que di lo que tengas que decir y devuélvete por donde viniste.


Sonreí. Debo admitir que lo que más me divertía de él era la sinceridad con la que decía las cosas. Eso, y que no le importaba en lo más mínimo la situación en la que estuviese mientras pudiese hacerme sentir miserable. Cosa, claro, que sólo lograba aumentar mi diversión. Éste hyung es divertido.


— Sólo he venido a decirte buenos días.

¿Qué? —me miró indignado. Bueno, sí. Soy educado y me gusta pasar tiempo con él. Además de fastidiarle, es cierto que quería pasar a saludar—. Pudiste habérmelo dicho desde tu habitación.


Chasqueé la lengua. Touché.


Nah. Así no sería divertido.

— Ah, entonces te parece divertido fastidiarme —concluyó molesto y volteó, volviendo a lo que estaba—. Vete, ¿quieres? No tengo ganas de discutir contigo.

Irony (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora