FALLING FOR YOU - ENGLOT

CAPÍTULO 1: EL COMIENZO

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Esta es una traducción de la historia de @kaeccai con todo el cariño espero y disfruten esta historia pueden ir a ver su perfil y ver sus historias
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Charlotte POV:

Desde el momento en que abrí los ojos al mundo, aquel lugar quedó grabado en mi alma. Fue la base misma de mi existencia, el lugar de nacimiento que dio forma a la persona que soy hoy. Pero ahora, cuando me encuentro a kilómetros de distancia, inmersa en un mar de desconocimiento, un profundo dolor se instala en mi interior, la añoranza del lugar al que llamo hogar. Los recuerdos se deslizan por mi mente como una suave corriente, cada uno de ellos impregnado de la esencia de ese lugar tan querido. Las sinuosas calles por las que solía deambular, las caras familiares que me saludaban con calidez y las imágenes y sonidos que crearon la sinfonía de mi infancia. Todos bailan ante mis ojos, como una melodía agridulce que persigue mis sueños. Echo de menos mi hermosa ciudad natal, Londres.

Estaba sentada en un balcón de mi preciosa casita mientras pensaba en mi ciudad natal cuando de repente me llamó mi mejor amiga ( Marima ).

SOBRE LA LLAMADA 📞

Yo: ¡Hola! (no estoy de humor para hablar en la llamada)

Marima: ¡Hola Char! ¿Qué tal estás?

Yo: Estoy bien, ¿y tú?

Marima: Yo también estoy bien. Escucha, estaba pensando, hace tiempo que no nos ponemos al día como es debido. ¿Qué tal si cenamos juntos este fin de semana?

Yo: ¡Suena fantástico, ma! He echado de menos nuestras reuniones. Cuenta conmigo. (aunque no quiero ir)

Marima: ¡Por supuesto! Te enviaré todos los detalles enseguida. Te va a encantar, te lo prometo. No podría estar más de acuerdo. Ha pasado demasiado tiempo. De acuerdo, te enviaré toda la información en unos minutos.

Mientras contemplo si ir o no a la cena, mi mente se convierte en un torbellino de pensamientos y emociones contradictorios. Por un lado, siento emoción ante la perspectiva de encontrarme con mi amiga, ponernos al día de nuestras vidas y disfrutar juntas de una deliciosa comida. La expectativa de reavivar esa conexión y compartir risas e historias me llena de calidez. Pero, por otro lado, me invade una oleada de dudas. Empiezan a asaltarme las dudas, susurrándome incertidumbres al oído. ¿Y si estoy demasiado cansada después de una larga semana? ¿Y si no tengo ganas de socializar? La comodidad de mi entorno familiar empieza a tirar de mi fibra sensible, persuadiéndome de que elija la soledad de mi propio espacio.

EL DÍA DE LA CENA

Cuando llega el día de la cena, el aire se llena de una mezcla de emoción y nerviosismo. Me veo inmersa en un torbellino de preparativos, seleccionando cuidadosamente un atuendo que logre el equilibrio entre comodidad y estilo. Los minutos parecen eternos mientras espero ansiosa a que se acerque la hora señalada. A medida que se acerca la noche, respiro hondo y recuerdo la alegría que me espera. Imagino las caras conocidas, las risas y las conversaciones sinceras que tejerán la trama de la noche. La idea de reencontrarme con mi amigo me llena de calidez y expectación, eclipsando cualquier duda persistente.

Llego al restaurante con una mezcla de expectación y energía nerviosa. El local bulle de actividad, el sonido de las conversaciones y el tintineo de los cubiertos crean un ambiente vibrante. Veo a mi amigo entre la multitud, su sonrisa ilumina la sala, y no puedo evitar sentir una oleada de alivio y consuelo.

Al entrar en el restaurante, me invade una oleada de expectación. El tentador aroma de la deliciosa cocina cosquillea mis sentidos, aumentando mi entusiasmo por la velada que me espera. El ambiente es vibrante, con el suave resplandor de una cálida iluminación y el murmullo de las conversaciones que se entrelazan en una armoniosa melodía. Sentada a la mesa con mis amigos, siento una reconfortante familiaridad. El tintineo de vasos y cubiertos crea una alegre sinfonía que se mezcla con las risas y las animadas conversaciones que nos rodean. Examinamos el menú, discutiendo con entusiasmo nuestras opciones, y compartimos recomendaciones entre nosotros. (Estoy demasiado callada cuando, de repente, mi amiga inicia la conversación conmigo).