Espero que la reencarnación exista, que el universo se apiade de nosotros y en otra vida nos vuelva a juntar, que al fin nos deje amarnos sin complicaciones porque en esta es algo que jamás pasará.
Nuestro destino siempre estuvo marcado por la desgracia, desde un inicio tuve la sensación que no debimos estar juntos pero aún así quise creer que podríamos, que el amor sería suficiente para poder ser feliz, que falacia.
Su abuelo fue el encargado de separarnos, jugo sucio y se metió con los negocios de mi familia, al principio no nos importo y continuamos hasta que de la nada decidió irse sin más.
Recibí tantas amenazas del anciano que al final deje de temerles, hasta que Joy se involucro sentimentalmente conmigo, lo supe de inmediato nada bueno saldría de eso.
Por más de un año me mantuve lejos de mi familia pero aquel invierno mi madre insistió tanto en que volviera que no pude negarme, tenía planeado no verlo pero cuando pise suelo mexicano mis acciones fueron otras; fue la primera persona en saber que estaba aquí.
Escuchar su voz me hizo dar una sonrisa como si de un enamorado se tratase, el nerviosismo y las ganas de verlo quizás me delataron ante él.
Tras llegar a casa aquella mañana fui bien recibido por mis padres menos mi hermano quien solo me ha lanzado mirada de desprecio y odio. No lo culpo hay días que yo también me odio, se que su enojo radica en el daño que le he probocado a Joy. Para Dave fue caer bajo el hecho de salir con un chica menor y lo que remato eso era que su hermano había sido mi gran amor, Dave creyó que solo jugaba con ella ya que no podía tener a su pariente.
La verdad estaba muy equivocado, al principio solo fue para hacerle un favor a Jace a quien nunca he podido decirle no, pero al final había algo en ella que no me hacía verla como una hermana pequeña que era lo que creía todo este tiempo, yo mismo supe que no estaba bien por lo que cuando su abuelo volvió amenazarme cuando Jace estaba a punto de volver no pude rechazar la idea de desaparecer de sus vidas.
Termine en Rusia haciendo un doctorado que ni yo mismo quería, pero estar ahí significaba mantener a salvo a los que amaba.
La noche en la que me rencontre con Jace, lo supe, nunca dejaría de amarlo, por más que lo intentará eso no sucedería.
Mantuve mis sentimientos bajo control todo el tiempo en qué no nos vimos, pero solo basto unas cuantas horas para que esos sentimientos se escaparan de mi.
Éramos solo él yo, habíamos bebido mucho o a eso le atribullo lo sucedido a continuación. Me acerque tanto a él que podía sentir su aliento sobre mi rostro, parecía tan impaciente, temeroso, solo necesitaba un pequeño empujón.
—No debería hacer esto—digo a su oído de una forma nada amigable—pero no puedo seguir aguantando las ganas, desde que entraste solo he querido...—pone su dedo índice sobre mis labios.
—Hablas mucho como siempre.
Su dedo comienza a recorrer las comisuras de mis labios y va bajando poco a poco hasta mi cuello, parece querer seguir.
—Hemos progresado mucho—digo con la respiración entrecortada.
—Lo se mi pequeño—sus palabras se clavan en mi corazón, quisiera poder llegar a sus labios, besarlo con tanta fuerza y anehelo, pero solo las lágrimas de mi rostro pueden salir. Después de tantos años me ha vuelto a llamar de la misma forma que lo hacía cuando jóvenes.
—Lo siento Jace—me balanceó sobre él y termino uniendo nuestros labios, quienes se reconocen al primero roce.
Había olvidado el sabor de sus besos, la calidez de su mano y lo frágil que era cuando estaba conmigo. Así como yo no puedo decirle no, el tampoco puede decírmelo a mi.
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Enfermos De Amor.
Teen FictionEl amor ha sido definido de muchas formas, yo lo considero un enfermedad. Si supieras desde un inicio que tú historia de amor no tendría un final feliz ¿Aún así te arriesgarías? Conocer a alguien cuando menos lo buscas puede traer un sin fin de co...