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you betrayed me and i know that you'll never feel sorry for the way i hurt ★
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Chanhee sueña con Juyeon.
Sueña con sus lindos anillos y cabello esponjoso, su cuerpo delgado y cálido pero sólido y fuerte. La forma en que se echaba el pelo hacia atrás o levantaba las cejas justo antes de coquetear con él. La forma en que siempre ponía una mano en su mejilla o en su nuca cuando se besaban. Cómo lo hacía sentir tan pequeño y lindo cuando estaban juntos. La forma en que ronroneaba su nombre mientras lo empujaba al límite.
Cuando se despierta puede sentir la sonrisa en su rostro. Una pequeña risita lo deja mientras se acurruca en su almohada.
Luego siente que su sonrisa se desvanece rápidamente cuando se da cuenta de dónde está.
Se pregunta cuántas veces más tendrá que darse cuenta de que está solo otra vez. Ni siquiera un amigo. Excepto Zua.
Siente un poco de ira burbujeando en su pecho. Aparentemente, a nadie más le importaba lo suficiente como para ir a verlo en persona o incluso darle una oportunidad.
Se siente como un cadáver mientras deambula por la casa para ocuparse de las cosas necesarias. Se ducha y arregla un poco el desorden. Finalmente obtiene suficiente agua en él, luego encuentra algo fácil de hacer para sí mismo y come. Su rostro no cambia, pero no se da cuenta de lo hambriento que estaba por una comida real hasta que comenzó a comer.
A pesar de todo, se siente vacío. Es casi como si no estuviera en su cuerpo, o lo está, pero es como si alguien más tuviera el control de sus movimientos y acciones.
Mirando por la ventana ve que empieza a oscurecer. Brevemente piensa que es posible que no pueda dormir, pero también se da cuenta de que todavía está tan exhausto como antes.
Se arrastra de nuevo a su habitación. Sus pies apenas se levantan del suelo. Se sienta en su cama y mira la pared por un momento.
Está completamente solo.
Todos realmente lo dejaron después de que se enteraron cuenta de lo que estuvo guardando. Él frunce el ceño mientras más ira lo llena. Confiaba mucho en todos. Estaba empezando a pensar que podrían aceptarlo. Algunos ya lo sabían. Pero al final, todos se fueron. Tan pronto como se supo, la gente se volvió contra él con disgusto o fingió ser igual que la mayoría.
