Habían pasado unos cuantos días desde que May y Serena habían empezado a vivir junto a Goku. Solían ayudarlo en cuanto a las tareas del hogar y a cultivar las bayas qué el saiyajin solía vender en la ciudad.
Las cosas solian ser bastantes Tranquilas y divertidas, cada ves se conocían más y más, la confianza crecía hasta el punto de conocerse bastante bien, aunque había un detalle y es que las dos chicas aun no sabían sobre el pasado de goku. Por las noches en algunas ocasiones se escuchaba que tenía alguna pesadilla pero el cambio que hubo en ello fue que el ya no gritaba.
-Ya han pasado 3 meses desde que vivimos aquí contigo - comentó may y a su vez veía a Goku el cual estaba sentado frente a ella, junto a ella estaba Serena quien también miraba a goku.
- Así es, el tiempo pasa volando tan rápido - suspiro con una sonrisa recargando su cabeza en en el sofá qué estaba sentado.
- No quisiera molestarte o incomodarte pero..... ¿Puedo preguntarte algo? - Serena llamo la atención del pelinegro haciendo que este se acomode y de igual manera May centrará tu atención en su amiga.
- Si, ¿Qué clase de pregunta? - Goku le cuestionó dispuesto a tratar de responder su duda.
- Bueno es que..... - empezó a juguetear con sus dedos un tanto nerviosa y después de unos segundos tomo valor y siguió hablando. - ¿Siempre has estado viviendo aquí? ¿Tus padres donde están? - con algo de nervios miro al saiyajin el cual se congeló por unos instantes, su rostro era el claro ejemplo de aquello.
Goku permanecía inmóvil, ¿Qué debería decirles?, ¿Debía decirles la verdad o inventarse algo? Varias preguntas invadían los pensamientos de goku y algunas gotas de sudor recorrían sus mejillas por el claro nerviosismo qué este presentaba. May y Serena veían con atención aquel enorme silencio y lo primero que se les vino a la mente es que algo malo debió haber pasado, Serena empezó a sentirse un poco mal por aquella reacción de su amigo, May se percató de la expresión de su amiga y rápidamente rompió el silencio.
- Goku sentimos hacerte esa pregunta, creo que mejor iremos a dormir, ya es demasiado tarde, ¿No es asi Serena? - hablo y se puso de pie, estiró su mano y tomo las manos de Serena después de mirarla y haberle hecho aquella señal, la peli miel había entendido y rápidamente se puso de pie.
- Si, siento mucho preguntar eso goku, nos vemos mañana - junto a May se dirigió hacia las escaleras y antes de empezar a subir la voz del saiyajin las detuvo.
- Esperen, se los diré -
Las dos se detuvieron en seco y giraron un poco mirando a Goku quien estaba de pie, las dos se miraron así mismas y después de unos segundos se acercaron a su compañero volviendo todos a sus asientos.
- Se los diré pero aun no se como hacerlo, ¿Por donde debo de empezar? - entrelazo sus dedos mirando al piso mientras pensaba la mejor manera de explicar las cosas a sus amigas.
Las dos chicas miraban con atención a Goku, fácilmente podían notar lo nervioso qué este estaba, qué clase de cosa pudo haber pasado para que sea tan complicado encontrar una manera de explicarlo.
- Go-goku, no hace falta que lo hagas, de verdad - Serena se sentó junto al pelinegro y con una se sus manos la coloco junto a las de goku las cuales aun estaba entrelazando los dedos de el mismo.
- Así es, confiamos en ti y entendemos que debes de haber pasado por algo malo, sentimos haberte hecho recordar algo que siempre tratas de evitar - De igual manera que Serena, May también tomo las manos de goku y las dos juntas abrazaron a Goku.
Los ojos de goku se abrieron de sobre manera, un brillo era notable en sus pupilas y la calidez qué sintió en aquel abrazo fue el detonante de que por fin mostrará a alguien lo que en realidad era. May y Serena se convertirían en las primeras personas en conocer a Son Goku, el guerrero saiyajin de clase baja.