𐚁 SO IN LOVE 𓏲ּ ֶָ֢

CAPÍTULO 12

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Las salidas nocturnas la cafetería, jugueria y restaurantes se hicieron más a menudo entre nosotros, los tres días en que quedé ir a la compañía serian usados también para salir con Annie después del trabajo, lunes de café, miércoles de jugos y postres, y viernes en donde cenábamos platos a la carta.

Annie y yo volvimos a retomar la amistad de antes, siendo más comunicativos, comprensivos, ya no estaba la brecha que me separaba para hablarle o los nervios cuando me pedía un favor, todo funcionaba de forma fluida, como las nubes en el cielo.

Hitch notó nuestro acercamiento y comenzó a fastidiarnos como de costumbre, insinuando de más, a pesar de no ser cierto, a Annie le divertía escuchar algo que no era verdad. De mi parte, no me quedó de otra más que seguir acostumbrándome a sus bromas.

Antes de entrar a la oficina de Hitch, fui llamado por Gloria, una de las tantas secretarias del edificio, necesitaba mi ayuda para mover unas cuantas cosas y me ofrecí a colaborar, ya nos conocíamos anteriormente, en las reuniones internas que tenemos con el padre de Hitch pude interactuar varias veces con ella.

—Listo, es el último.– Dejé los paquetes cerca a su escritorio y camine hacia la salida.

—Muchas gracias, eres un lindo.– La mujer de cabellos almendra se acercó a mi poniéndose justo delante de la entrada. —¿Gustas tomar un café antes de marcharte?–

—No te preocupes, tengo que apurarme a llegar con Hitch, tenemos una reunion con los encargados del congreso.–

—Aún tienes unos minutos, escuché que Hitch aún no llega.– Tomó mi mano y me llevó a su escritorio. —No te hará mal aceptarme el café.–

—¿Podría ser en otro momento? De verdad estoy con la hora ajustada.–

—Bien, de acuerdo, pero antes.–

Su acción fue más rápida que mi impresión, de un momento a otro, Gloria puso sus manos sobre mi cara y junto nuestros rostros dejando sus labios sobre los míos.

—¿Pero qué.–

Intenté quitármela de encima, pero sus manos fueron hábiles para enrollarme el cuello por completo.

—Rayos.– Escuchamos que la puerta se abrió de repente y eso hizo que Gloria por fin me soltara.

Mis ojos quedaron impresionados al ver de quien se trataba.

—Annie.– Ver a la rubia en la puerta me dejó sin aire.

—¿Qué estás haciendo? Hitch te está esperando para la reunión.– Su voz sonaba molesta.

—Lo siento, yo solo.–

—Me ayudó con unos paquetes, la culpa fue mía por distraerlo.– Intervino Gloria.

—No me interesa, estamos en horarios de trabajo, deberían respetar eso.– Su voz autoritaria hizo intimidar a la chica, quizás por ser la mano derecha de Hitch, pero no iba a negar que a mi tampoco me ponía nervioso —Regresa a tu labor. Armin, Hitch te espera.– Dio media vuelta y caminó por el pasillo para llegar a la oficina antes que yo.