CAPÍTULO 5

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Las próximas semanas asistí con mejores ánimos y energías a la casa de Pieck para las terapias de Annie, dejando mis sentimientos y pensamientos de lado, no quiero mezclar lo profesional con personal.

Aunque me muera de ganas por saber lo que pasa conmigo, prefiero vivir con la incertidumbre antes de echar a la basura algo que se ha construido de a pocos.

Annie continuaba fortaleciendo su pie tal y como le iba indicando, algunas veces tomaba mis consejos, pero en otras ocasiones se exahaltaba en querer hacer todo en un solo día, siento que nunca va a cambiar, para bien o para mal, me veo obligado a tenerle paciencia todo el tiempo.

Ya no teníamos la compañia de Pieck al finalizar las terapias, pero a cambio de eso, ahora era yo quien ayudaba en preparar un poco de refrigerio.

A Annie no le agradaba mucho la idea pero insistí tanto que tuvo que aceptar mi petición, de vez en cuando me comportaba como ella solo con el propósito de hacerla sentir lo mismo que yo siento cuando no me escucha y eso era algo que no le agradaba, sonaba a venganza, sin embargo, compensaba mi astucia con buenos bocadillos y unas cuantas anécdotas para sacar a relucir la bonita sonrisa que guardan sus labios.

Habían ocasiones en que me quedaba perdido en la mirada de Annie, imaginando miles de cosas estando sometido en lo profundo que eran sus ojos celestes-azulados, no lo podía evitar, por más que quisiera, incluso siento que esta semana es donde más me he acercado a ella. Y en todas las veces la rubia lo notó, volvía mi concentración cuando preguntaba por si me encontraba bien o si me sucedía algo, sacaba sus propias conclusiones creyendo que solo era estrés de trabajo.

Ella ni siquiera sabe de qué me está empezando a atraer.

Tiene gustos interés y llamativos.

Le gustan los dulces y bocadillos, manjares a base de leche con crema batida y tartas de limón, sus colores favoritos son el amarillo y el azul, casi como los míos, tiene una enorme fascinación con los animales, es especial con los felinos, y adora mucho los girasoles, son sus flores favoritas.

No entendí como habíamos llegado a hablar sobre gustos entre nosotros, lo cierto es que ahora conozco más cosas de ella.

Y me gusta.

Me gusta Annie.

Estamos en la penúltima sesión de la terapia, me sentía feliz y triste a la vez, ella había esperado mucho por recuperarse, su tobillo se fortaleció tanto con los cuidados y ejercicios de la rehabilitación, caminaba y saltaba por su cuenta sin necesidad de tenerme a su lado.

Hacia recorridos largos por la casa de su amiga y mantenía el equilibrio el tiempo que ella prefería, todo en casi un mes.

—Asi que mañana terminaré con todo esto.–

—Me sorprende que sea mañana, normalmente se requieren cinco semanas completas, hasta cuatro.–

—Soy diferente.– Resaltó

—Te voy a recordar como la más impaciente.– Sonreí, ella me regresó a mirar con el mismo gesto que yo.

—Exageras Arlert.–

—Incluso Pieck sabe eso.–

—¿Todavía siguen en ponerse de acuerdo?– Me gustaba bromear con ella, hacerle recordar que es ansiosa, pero sobre todo fuerte. Muy fuerte. —Por lo menos seguiremos siendo amigos, ¿no?– Yo tampoco quiero perder contacto contigo.

—Claro, tal vez podamos ir a cenar en estos días.–

—¿Me estas invitando a salir?– Me atragante con el pedazo de tarta.

𐚁 SO IN LOVE 𓏲ּ ֶָ֢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora