Cap. 2 - El interrogatorio

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Era sombría aquella noche, pero la luna empezó a brillar tan intensamente que me lastimaban los ojos...

-¡Está viva!, ¡Está viva! -gritó un hombre.

¿Quién diablos está viva? y ¿Por qué lo tiene que decir tan cerca de mi cara?; entonces me dí cuenta, la luna, no era la luna, y la noche, era aún más sombría.

Muévanla despacio! 1, 2, 3 - dijo otra voz.

- ¡Ay! -chillé

-¡Dije despacio!, ¿Acaso quieren matar al paciente? - volvió a escucharse esa voz.

¿Qué está pasando, ¿Quién es paciente?, ¿Qué paciente?, ¿Dónde estoy?, ¿Quién soy?, ¿Qué hago aquí?; mi mente estaba tan confusa que no recordaba nada, trataba de abrir los ojos y moverme, pero el cuerpo no me respondía.

-Señorita, ¿Me escucha? -preguntó otra voz- Señorita, ¿Puede oírme?, necesito que me escuche con atención, ¿Está bien? - intenté responderle, pero parece que al escuchar mi silencio lo tomó como un sí.

-Está en la sala de urgencias del hospital, Acaba detener un accidente, ¿Me oyó?, un accidente... - ¿Aquién diablos le habla este hombre?, ¿A mí?, no sé exactamente lo que dice, algo de un poste, de unos frenos, del destrozo de un carro y la muerte del pasajero.

-¿Cómo se llama? -me preguntó

- Hannah... - susurré - me llamo Hannah - creo que ese es mi nombre, porque fue lo primero que se me pasó por la mente en ese momento.

-Bueno Hannah, ha tenido mucha suerte, tiene la clavícula fracturada, unas costillas, también una contusión en la cabeza y está perdiendo sangre...

Y derrepente, deje de escuchar voces pero empecé a ver..., hombres y mujeres con batas blancas corriendo de un lado a otro, o eso creo yo, no lo sé, tenían la apariencia de correr, pero iban fuera de tiempo... tan lento, ¡o no!, porque estoy viendo todo en cámara lenta, esto es un sueño, tiene que serlo.

- ¿Qué es ese sonido?, su corazón está fallando, estamos perdiendo sangre, su ritmo cardiaco es bajo, está bajando su presión sanguínea, ¡rápido!, una ampolleta, ¡no funciona!, la estamos perdiendo, ¡resista señorita tiene que ser fuerte!, ¡resista por favor!, no hay pulso, la estamos perdiendo...

¡Despejen!...

Estaba sentada en mi cama, agitada, sudada, y el cuerpo me temblaba; Jadeaba y jadeaba, y el llanto empezó a brotar de mi alma, ¿Porqué tengo estos sueños?, ¿Desde cuándo soy esclava de mis pesadillas?.

He tenido estos sueños casi todas las noches, y digo casi todas porque en algunas ni siquiera puedo dormir; esto no puede seguir así, no de esta manera, me volveré loca en poco tiempo si no descanso bien. Aún no recuerdo nada, pero mi mente poco a poco me hace recordar, cada vez duran más los sueños y tengo miedo a algún día no despertar...

Me eché en mi cama, boca arriba y llorando, presa del pánico y desesperación traté de limpiarme las mejillas y frotarme los ojos; tanto llorar las vistas me dolían y el alma la tenía estrujada. Tengo que recordar que pasó esa noche, el porqué mi cerebro se obligo a olvidarlo, y saber que tanto de lo que dice la gente acerca de mí es verdad, ¿En serio la maté?.

Me relajé y respiré hondo, aguantando la respiración para no quedarme sin aire

-Recuerda Hannah- me dije a mi misma- ¿Qué pasó ese día?

Pero por más que lo intentaba no recordaba; me sobaba la cabeza, me mordía los labios y golpeaba fuertemente el colchón con los  puños pero era inútil, no recordaba.

Recuerda - "La Ironía de la MuerteWhere stories live. Discover now