El alfa abre sus ojos, centrándolos en el techo. Aún es temprano está oscuro. Suspira, alargando su brazo al otro lado de la cama, sintiéndolo vacío y frío. Agradece que el olor a coco-vainilla de la omega siga en su almohada después de una semana. Aspira fuerte, para pararse y comenzar su día. Era día de clases y debía asistir.
Prepara su desayuno, en silencio, sin una pequeña voz a sus espaldas preguntándole cosas innecesarias y sin sentido. Tampoco hay suaves murmullos de canciones adolescentes, ni mucho menos caricias inconscientes de vientre. Se había acostumbrado a tener a la pelinegra cerca, aunque le costará aceptarlo.
Empaca todo y lo mete a su mochila. Después, de asea y se viste, con unos pantalones un poco anchos, un suéter ligero y las botas que siempre usa. Camina hasta la escuela, nunca toma el autobús porque ahí desperdicia dinero y lo necesita. Llega temprano, como siempre, pero tiene suerte de que Jimin también lo hace.
— Buenos días, Jungkook.
— Hola, Jimin —le revuelve el cabello y se sienta a su lado.
El alfa bufa.
— Odio que hagas eso.
— Lo sé.
— Y... ¿has hablado con Lisa?
— No he podido, todo el tiempo está acompañada.
— Debería intentarlo, Lisa es buena y apuesto a que te escuchará.
— Aún así, ¿qué le diría?
— Podrías empezar disculpándote. Deberías tratarle con cuidado. Es una omega embarazada y siente mucho las cosas. Además, hoy debes hablarle si o si, ¿para cuándo está programada la cita?
— Hoy.
— Entonces, ¿qué esperas?
(...)
Es el receso y sale caminando, con su mochila en el hombro y su desayuno en la mano. Entra a la cafetería, los omegas voltean a verlo, sonriendo y saludando de manera coqueta, como siempre, los ignora. Mira por sobre todas las cabezas, buscando una especial, una lacia y azabache. Oye su risa no muy lejos. Está en una mesa con Taehyung, su primo y otra alfa, no la conoce muy bien pero es mejor amiga de su primo y ha asistido a varias fiestas "familiares".
Quiere ir ahí y alejar a la omega de los alfas y gritarles en la cara que no volvieran a hablarle nunca, pero se calma, necesita haces las cosas bien y hablar con Lisa, así que, vacilante, camina hasta la mesa, quedándose parado a un lado de la tailandesa. Su risa para y aclara su garganta al ver al alfa.
— ¿Qué buscas, Jungkook? —pregunta Taehyung.
— Quiero hablar con Lisa, ¿puedes irte?
— Se amable —dice Momo, la amiga del alfa.
— ¿Pueden por favor, largarse?
— Okay, nos vemos después, Lis. Mañana tenemos la asesoría después de clases.
— Adiós, Taehyung. Nos vemos después, Momo.
Los dos alfas se despiden y caminan fuera de la cafetería. Jungkook toma el antiguo asiento de su primo, dejando su mochila en el suelo y su desayuno frente a ella.
— ¿Cómo estas? —le pregunta, Lisa encoge sus hombros, con los ojos fijo en sus papas fritas.
— Bien, supongo.
— Hmm.
— Jungkook, mira, si estás aquí porque te sientes obligado por lo que te dijo tu papá, de una vez te digo que no va a funcionar —dice, sincera— Preferiría que te vayas.
— No, está bien. No es por lo de mi padre, lo juro... Yo he pintado la pared ya —la omega no dice nada, solo mira a otro lado, arrugando su nariz— ¿No vas a hablarme más?
La pelinegra se enconge de hombros, tomando una papa frita y llevándola a su boca.
— Lisa... lo siento, ¿okay? lo hago y mucho. De verdad estoy arrepentido, no me acuerdo de nada lo que pasó ese día, lo juro.
Lisa suelta una risita sarcástica.
— ¿Qué fácil, no? así yo también podría ir por la vida, cagandola y después pidiendo disculpas, además de que no es solo por ese día, fue por todo el tiempo que pasamos juntos y me trataste como a una mierda. No funciona así, Jungkook.
— ¡Ya lo sé, mierda! pero lo estoy intentando.
— Yo también intenté aguantarte, pero no pude. No puedo, eres muy malo Jungkook. Eres demasiado pesado y... no sé ni cómo eres verdaderamente.
— ¿Piensas volver?
— ¿A dónde?
— A casa.
— Mamá quiere que me quede con ellos un tiempo, y no sé... creo que no voy a volver a tu casa, Jungkook.
— ¿No? —la omega niega— Okay... lo entiendo. Yo saqué una cita para ti con el médico, es hoy.
— No estoy enferma.
— Es por el bebé.
Del bolsillo exterior de su mochila, saca un paquete pequeño de gomitas y una barra de chocolate y se los pasa a la omega.
— ¿Tú celo es este sábado? —pregunta Lisa confundida, la última vez que él le dió golosinas fue porque quería cogersela.
— ¿Qué? no. Sé que te gustan.
— Bueno, gracias. ¿A qué hora es la cita en el médico?
— Debemos estar ahí antes de las 2.
— ¿Debemos?
— Si prefieres ir sola está bien.
— No, está bien. Tú también eres el padre —la omega sonríe de lado, acariciaba su pancita.
(...)
Caminan por la acera, con el sol chocando contra sus cuerpos. Lisa va adelante, mirando todo a su alrededor. Él está detrás, cargando las mochilas de ambos. Tiene suerte de que el consultorio dónde era la cita no estuviese a más de tres cuadras lejos de la escuela. El médico que los atendería era amigo de sus padres, así que Jungkook supone que es de confianza, su misma mamá se lo recomendó.
— Es aquí —el alfa dice, indicando una entrada de color blanco.
Lisa entra, empujando la puerta de cristal. Dentro está adornado con cosas para bebes, hay sillas para esperar y un escritorio para una secretaria. Hay niños pequeños, bebés en brazos de sus madres y gente embarazada. La pelinegra toma asiento y Jungkook a su lado, pero en el suelo porque no había otro lugar disponible, 15 minutos después ya están entrando a la sala donde un hombre canoso les espera. Parece ser beta, ya que no tiene ningún aroma en particular.
— Buenas tardes, chicos. Me presento, soy el doctor Choi y antes que nada, soy beta. Tengo que decirlo, a veces los alfas son muy celosos y creen que soy otro alfa tocando a su omega. Como sea, por favor, recuéstate aquí —le indicada a Lisa y ella obedece. Jungkook se obtiene a gruñir cuando el doctor sube la camiseta de la omega hasta la altura de su pecho.
Su barriga es saltona, su tez luce estirada y suave. Los dedos del alfa pican por posarse ahí y acariciar toda la piel expuesta.
— Empecemos —el hombre mayor unta un gel en la panza de la embarazada, oyendo como está suelta un pequeño gemido— Oops, olvide decir que estaba frío, lo siento. Aquí está, veamos... diecisiete semanas, ¿bien? —la omega asiente en acuerdo— Parece medir unos... 13 centímetros, muy buenos, pero se ve algo delgado ¿comes bien, Lisa? tienes que alimentarte muy bien, poca comida no alcanza para ti y para el cachorro. —se contesta sólo.
Aún así, Lisa niega. En el tiempo que vivió con Jeon, nunca tuvo una comida buena o nutritiva excepto por el día que los padres del alfa los visitaron y compraron comida, aunque ese día apenas y probó bocado.
— ¿Lo has sentido moverse? —vuelve a negar— Está bien, apuesto que en estos próximos días podrás sentirlo moverse.
Lisa sonríe emocionada y Jungkook al verla sonreír no puede evitar hacerlo también.
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Ven aquí, y ámame [LISKOOK] ✔️
RomanceA sus 19 años, Lisa debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, Lalis...