One Shots Anime

Madara Uchiha Pt.2

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- ¿Me puedes pasar la toalla por favor? - pedí

- No hace falta.

- Pero necesito secarme.

- No hace falta.

- Quiero salir ya de la ducha y necesito la toalla para poder hacerlo

- No hace falta.

- Deja de decir que no hace falta, porque te voy a... No, no, no ¿Madara qué haces? Bájame ya - grité por la sorpresa.

- Te saqué de la ducha - respondió con obviedad, pero estaba segura de que tenía una sonrisa en el rostro.

Ni siquiera luché porque Madara tenía más fuerza que yo y además no era la primera vez que me veía desnuda, pero si era la primera vez que me tocaba.
La verdad es que se que ambos estamos ignorando la clara tensión sexual que se había formado en la relación tan extraña que teníamos, ya que luego de nuestro beso en el hospital no habíamos parado de hacerlo, llevábamos semanas así, pero no habíamos dado el siguiente paso.

Me bajó con cuidado sobre la cama y se alejó de mi dejándome sentada, no estaba segura de lo que el pelinegro estaba haciendo, pero casi estaba segura de que me estaba viendo.

- ¿Te vas a quedar ahí o me vas a pasar mi ropa?

No dijo nada.

- Oye ¿estás ahí? - intenté pararme y buscar algo para taparme, también estiré mis brazos como para buscarlo; pero una mano detuvo mis movimientos y me recostó en la cama.

Sentí el cuerpo de Madara cerca del mío y su respiración se mezclaba con la mía, ahora me daba cuenta de que realmente estaba muy cerca y estaba sobre mí... Afortunadamente había logrado taparme con una sábana o algo así.

- Ma... Madara ¿Qué haces? - pregunté nerviosa y emocionada.

- ¿Puedo besarte? - susurro sobre mis labios.

Sonreí - Si - al escuchar la afirmación Madara me besó lentamente y de una manera suave.

Claramente seguí con el beso enredando mis dedos en su melena y tirando suavemente de ella, gracias a esa acción

Madara volvió el beso más rápido.
Con ayuda de una de sus manos busco una de mis rodillas

-¿Puedo? - preguntó al poner su mano sobre ésta.

- Mjm - fué mi intento de asentír, pero el lo entendió bien y abrió mis piernas para acomodarse mejor.

No sé si fué accidental o a propósito, pero nuestros centros se pegaron por un momento robándome un muy muy pequeño gemido, Madara aprovechó para meter su lengua a mi boca para explorarla.

Yo continúe con eso buscando su lengua con la mía para jugar un poco con él.
     La saliva ya se había hecho muy presente en el beso, si es que se puede llamar un beso porque para este punto literalmente nos estábamos comiendo, y el sonido que hacían nuestras bocas era algo así como un ruido encharcado y húmedo.