Capítulo 6: Nueva profesora

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Capítulo 6: Nueva profesora.

La profesora de educación sexual había decidido irse a otro país por problemas económicos, entonces habían cambiado a la profesora por la nueva maestra: Olivia. Una mujer que se daba a respetar siempre, fiel a sus ideales liberales y con nula empatía a las personas con opiniones diferentes a las de ella.

Y no es que ella lo haya sido siempre, sino que sus experiencias de vida en un matrimonio sumamente complicado la hicieron reflexionar. Al haber crecido en un pueblo sumamente conservador, se alarmaba con el simple tema de la sexualidad, incluso cuando se hizo adulta era un tema muy difícil de tratar para ella ¿Entonces cómo terminó queriendo enseñar sobre el tema de la educación sexual?

Pues porque en la secundaria y, especialmente, en la universidad se comenzaban a tratar con más libertad temas de sexualidad, con una libertad que la molestaba a pesar de ser temas fuertemente relacionados con la biología, entonces quiso enseñarle a los jóvenes desde un punto de vista más conservador. A pesar ya tener los conocimientos necesarios para tratar esos temas, su matrimonio con un hombre sumamente tradicional y conservador hacía que fuera un tema tabú en su vida, lo que inevitablemente terminó con su matrimonio, al no tener la madurez de una pareja casada para hablar de sexualidad con tranquilidad, sin terminar con tanta incomodidad o asco.

Al final, Olivia se hartó de su esposo cuando la llamó degenerada por querer guiar a los jóvenes en cuanto a educación sexual refería, pues en el fondo sabía que ella lo necesitó en su momento y solo hizo que parecía una niña que ve a sus padres besarse con asco, cuando era una adulta, trabajaba, vivía con su esposo, pagaba impuestos y hasta planeaba ser madre, era tan patético que parecía hasta una mala broma que no pudiera tratar un tema que se relacionaba con su deseo de ser madre.

Ahora que ya cambió su mentalidad, decidió que era mejor usar un enfoque más liberal para su forma de enseñar, volviendo totalmente diferente a la profesora de antes.

— ¿Vamos a tener una clase de educación sexual? — Preguntó Amina sorprendida a Daniela, quien era la que fue a informarle a los demás compañeros para que no fueran a jugar fútbol — Hace mucho que no tenemos esa clase.

— Pues sí, vamos a tener clases de educación sexual con la profesora… Olivia — Respondió después de recordar su nombre, para luego ver como Amina estaba algo preocupada — Déjame adivinar, la moralista musulmana va a hacer una carta para pedir no recibir clases de educación sexual ¿No es cierto? — Al decir eso, Amina la vio con algo de incomodidad, otra vez estaba sacando el tema de su religión, algo que siempre trataba mal.

— Bueno, no me importaría recibir clases de educación sexual, pero no sé si van a respetar mi perspectiva — Trató de explicar con calma — Es decir, es importante informarse de esos temas, no lo niego porque es parte de la madurez y la vida adulta, sin embargo hay una fuerte tendencia a no respetar las demás perspectivas.

— ¿Y porqué tendríamos que respetar la perspectiva de una monja? — Aquella pregunta hizo suspirar a la afgana, nuevamente la estaba comparando con una monja.

— Ya te he dicho que no es lo mismo ser musulmana, que ser monja — Reiteró, siempre tenía que hacerlo, sentía que tenía que aguantarla todo el tiempo — Deberías informarte más al respecto, pronto vas a impulsarte al mundo del modelaje y si te preguntan sobre religión, vas a quedar muy mal frente a la gente porque pecas de ignorancia.

Jimena se acercaba al aula después de haber ido a almorzar, viendo que nuevamente Amina era hostigada por Daniela, iba a defender a su amiga, pero un compañero se acercó primero. Su nombre era Lucián, un chico reservado, filosófico e inteligente, era el vicepresidente del salón de clases, quien estaba cansado de la actitud de su compañera Daniela.

— Basta, Daniela. Tal vez Amina tiene razón, en esta escuela no han respetado del todo su perspectiva musulmana ¿Crees que, mágicamente, lo harán en la clase de educación sexual? Además, debes aprender a respetar a los demás, especialmente si vas a ser una modelo profesional como tu madre — Aquel planteamiento dejó sin argumentos a la mencionada, el hecho de que la extranjera tuviera una perspectiva religiosa de la vida sexual le parecía ridículo, pero no podía negar que comportarse así le afectaría en su reputación como futura modelo, lo que la hizo suspirar derrotada.

— No creí que fueras a defender a tu noviecita, pero da igual, de por sí va a empezar la clase dentro de un rato — Y se sentó en su lugar, dejando avergonzado a Lucián y confundida a Amina.

— ¿Porqué dijo que era tu novia? — Preguntó extrañada.

— No lo sé — Respondió algo nervioso.

Jimena, quién veía todo desde la puerta del salón, embozó una dulce sonrisa, ella sabía que a Lucián le gustaba Amina. Era un buen chico, estudioso, responsable, justiciero y gentil, aunque algunas veces era muy tímido, le costaba expresar sus sentimientos en momentos puntuales, especialmente en el amor. Sonó la campana, haciendo que todos volvieran a sus salones, mientras que la profesora Olivia iba llegando al salón con una pila de hojas, fue repartiendo las hojas mientras se presentaba ante sus alumnos.

— Muy bien, chicos. Mi nombre es Olivia, seré la profesora de educación sexual, por lo que pueden preguntar cualquier cosa sin pena, bajo el respeto, claro está. El objetivo principal de esta clase es abordar inquietudes con respecto a la sexualidad, precisamente porque están en la etapa de descubrimiento y van a necesitar orientación en cuanto a temas adultos se refiere — Explicó la profesora, mientras escribía su nombre en la pizarra — Recuerden que el sexo es algo completamente natural y biológico, ustedes no vinieron de la cigüeña y ya deben saberlo, por eso necesitan informarse bien. Cada persona puede vivir su vida sexual en su ámbito privado, sin embargo ya saben que pueden contraer enfermedades, con un embarazo o, peor aún, terminar en un matrimonio basado en la violencia, es importante dejar la pena para ver el sexo con la madurez que requiere. En la hoja que les di, hay 10 mitos de la sexualidad, léanlo y pregunten cualquier duda.

— ¿”Reservarse para el matrimonio es malo”? ¿No se puede debatir eso? — Preguntó Amina con confusión, a lo que educadora volteó la mirada.

— Olvidé que habían aleluyos por aquí — Se quejó con hartazgo, odiaba la religión también.

— Soy musulmana, no es lo mismo — Quiso aclarar con respeto, actitud que la profesora no tuvo con ella.

— Obviamente es malo, te hace ser una sumisa de un hombre dominante, no hay nada peor que eso — Respondió sin mucho interés en seguir con el tema.

— Pero hay menos posibilidades de embarazo no planeado y de contraer una enfermedad de transmisión sexual, a menos que se haya nacido con VIH u otra enfermedad parecida ¿Entonces porqué es tan malo para usted? — Preguntó Jimena, apoyando a su amiga, cuando de pronto sintió unas miradas juzgadoras — Es decir, una persona no necesariamente debe seguir una religión para eso, puede que lo haga por comodidad.

— ¿Y qué razón tendría una persona atea para reservarse? — Preguntó con una actitud desafiante, poniendo algo incómoda la situación.

— Porque tal vez quiera estudiar sobre esos temas, ya que es algo que hay que tomar con madurez, como usted dijo — Respondió esta vez Lucián, tratando de mostrar una postura más analítica — Es más, se supone que podemos preguntar nuestras dudas sin pena, pero no parece que podamos debatir temas de forma pacífica ¿Eso no afectaría la clase?

— ¿Afectar la clase? — Se preguntó la profesora, mirando a sus alumnos, notando que estaban más tímidos que al inicio de la clase, haciendo que suspire desganada — Tienes razón, mejor hablemos de otro tema.

El silencio se hizo presente en la clase, mientras la profesora buscaba un mito diferente al que había prestado atención. Después de la campana, tomó sus cosas del grupo 10 -2 para ir al grupo 10 – 1: La clase de Felix, Justin y Adelaida. Mientras tanto, Jimena acompañaba a su compañera Amina al baño, mientras hablaban de lo sucedido en la clase de educación sexual.

— Esa clase fue terrible — Opinó finalmente Jimena, mientras se lavaba la cara en el lavabo, junto a la afgana al lado suyo.

— Ni que lo digas, no pudimos debatir tranquilamente sobre lo queríamos ¿Entonces qué sentido tiene la clase, si no podemos discutir sobre los temas que nos importan? — Se preguntó Amina algo molesta, más por la actitud de Olivia.

— Eso mismo me pregunto yo, por dicha Lucián nos ayudó un poco — Al recordar a Lucián, volvió a ver a Amina — Por cierto, Amina ¿Has pensado en tener novio? ¿Te gusta alguien?

— La verdad es que no me gusta ningún chico — Aclaró desde el vamos, los chicos de Afganistán eran mejores que los de Occidente, según ella y su crianza musulmana.

— ¿Y qué hay de Lucián? Es un buen chico — Preguntó con plena curiosidad, no quería ser muy obvia.

— Lo es, pero no es musulmán — Al ver la cara de extrañeza en Jimena, quiso aclararse — Quiero decir, tal vez él sea un potencial novio para otra chica, pero yo prefiero que mi novio sea musulmán. Me gustaría que mi pareja me entienda, o que lo intente, por lo menos, porque no pienso cambiar quien soy por un chico.

— Tiene sentido, supongo — Concluyó, para luego estirar un poco sus brazos — Estoy cansada, y eso que todavía falta matemáticas.

— Pues adivina que clase sigue — Le mostró en el horario que seguía matemáticas precisamente.

— No juegues — Expresó con un tono irónico, haciendo que ambas reían un poco.

Mientras tanto, Felix y Justin hablaban de un nuevo video juego que querían jugar juntos, pero recibieron un recordatorio de que tendrían una clase de educación sexual. Justin era bastante neutral al respecto, no tenía problemas con recibir clases sobre la sexualidad, sin embargo Felix no lo tomó del todo bien, diciéndole que iba a ir a la biblioteca por un encargo como presidente del aula.

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