Capítulo 5: Sé fuerte, Jimenita.
En una noche oscura, Jaime caminaba a casa, mientras que caminaba por una zona algo peligrosa de la ciudad. La venta de drogas, asaltos a mano armada, la prostitución, las familias disfuncionales y varios casos de intentos de suicidio se presentaban allí, lo que hacía que el sacerdote tuviera cierto miedo de pasar por allí.
Detuvo su paso al ver a una mujer prostituta fumando con la mirada perdida, tenía el maquillaje algo corrido, delatando que había llorado hace unos minutos atrás. Aquellos ojos sombríos y penetrantes de la dama se posaron repentinamente en el señor, haciendo que se estremeciera un poco ¿Era ella? Los tacones comenzaron a resonar cada vez más cerca, se hacercaba con mucha sensualidad para llamar su atención.
— ¡Hola, guapo! ¿Buscas algo? Si sabes a lo que me refiero — Empezó a hablarle con un tono coqueto, había tenía una mala experiencia con un cliente, pero rápidamente se le subió el ánimo al ver que podría tener un nuevo cliente, además de tener a un cliente más acorde a sus gustos personales como mujer.
— ¿Magdalena? — Preguntó su nombre al tener una ligera sospecha generada.
— ¡Oh, entonces tienes esos gustos por cosas religiosas! — Soltó una pequeña risa — No me llamo así, pero puedes decirme Magdalena en la cama, si quieres — Jaime no esperaba esa reacción, dándose cuenta de que no era Magdalena y que curiosamente aquella seductora mujer tenía ciertos conocimientos bíblicos.— No, gracias — Negó educadamente mientras se alejaba de ella, dejándola algo decepcionada, cosa que disimuló agachando la cabeza y saca su caja de cigarrillos.
No era ella, definitivamente no era ella, Magdalena lo hubiera reconocido de inmediato por el simple hecho de haberse conocido por muchos años, además de tener 34 años ahora.
Al llegar a casa, vio a Jimena alimentando a un gato que se asomaba desde la ventana, estuvo pensando por mucho tiempo en contarle la verdad sobre su pasado. Ahora que tenía 16 años, sabía que tendría la madurez para entender las circunstancias de Magdalena, su madre.
Magdalena, o su verdadero nombre, María era una chica que creció en el campo, muy alejada de las ciudades y que solamente conocía de animales de campo, tomaba un bus para ir a la escuela que duraba casi dos horas de viaje y muchas veces se le complicaba los estudios por no usar celular o estar cerca de alguna biblioteca, ni siquiera le alcanzaba para libros de estudio, entonces usaba copias de dichos libros, lo que hizo que dejara sus estudios apenas se graduó de la escuela.
Comenzó a vender los huevos del gallinero de su padre o los plátanos de su madre, incluso algunos tamales que ella hacía. En un verano lleno de eventos en la zona, entró a un evento de toros a vender comida, en ese momento tenía 16 años y ya no parecía esa niña adorable que vendía comida.
El público se comenzó a emocionar al ver al torero más joven haciendo frente a un toro, aunque después el toro lo golpeó como si fuera un saco de papas, dejándolo tirado en el suelo con varias heridas. El público estaba preocupado por él, entonces el joven levantó la mano con un pañuelo amarillo, haciendo que el público celebrara, pues había ganado un premio por quitarle el pañuelo amarillo al toro.
Valentía, confianza y voluntad para enfrentar un gran peligro fue lo que vio en él, lo que hizo que se volviera su primer amor y su primer novio poco tiempo después.
Aquel chico se llamaba Carlos, nombre de su bisabuelo español, era un chico sumamente masculino que atraía a las chicas por su seguridad, algo pervertido y sumamente doble cara. Le pusieron ese nombre porque su familia quería que fuera como su bisabuelo, quien tuvo incluso 13 hijos y 3 esposas, pero a diferencia de sus antepasados varones, le gustaban mucho más las mujeres con actitudes masculinas.
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¿Puedo seguir creyendo?
SpiritualJimena es una chica cristiana que fue adoptada por un pastor cristiano que dirige una iglesia, pero lamentablemente un día la iglesia es incendiada por alguien desconocido. Ella se va a vivir a otro pueblo, donde tristemente la discriminación religi...